Santiago González Vallejo
Comité de Solidaridad con la Causa Árabe

La rendición de cuentas de CAF que no llega

La rendición de cuentas es un ejercicio de evaluación de una organización, en este caso, el Consejo de Administración de la empresa CAF por medio de mecanismos como la transparencia y la fiscalización de sus actos. Sería el verificar el Balance, la Información no financiera y contrastarlos con la realidad conocida y, en su caso, qué medidas se han dispuesto para remediar los daños ocasionados y adelantarse a los previsibles descubiertos.

En el caso de CAF, no hay una verdadera rendición de cuentas, ni transparencia, desde su apuesta por ganar dinero a corto plazo, aunque sea a costa de vulnerar los derechos humanos y el derecho internacional, afectando a su reputación a medio y largo plazo. Todo empieza al licitar a un proyecto diseñado por las autoridades de ocupación israelíes, de ampliar y construir líneas de tranvía y su equipamiento entre zonas consideradas internacionalmente como parte de Israel y otras de Jerusalén Este y Cisjordania, Territorio Ocupado militarmente por Israel.

Intentos de arbitraje

El Comité de Empresa en varias ocasiones, como sus sindicatos individualmente, han solicitado no hacer el proyecto. La dirección de CAF ha rechazado tratar con representantes palestinos y no han querido sentarse con ellos. Tanto el CSCA como las gentes de BDS de Euskadi pidieron reunirse con la dirección de CAF, concretamente con el presidente, Andrés Arizkorreta, en noviembre de 2019, durante el transcurso de un arbitraje y tras la Junta de Accionistas de 2022, también con el consejero delegado Martínez Ojinaga. El silencio como respuesta, mientras las obras continúan y los tranvías del apartheid se entregan.

Como cuestión penúltima, se ha llevado a CAF delante de un organismo de arbitraje, dependiente del Ministerio de Industria, que defiende el cumplimiento de las Líneas Directrices de las Multinacionales de la OCDE que, entre otras cosas, defiende el derecho internacional y los derechos humanos y su desarrollo, ambiental, no discriminatorio, etc.

Este organismo, el Punto Nacional de Contacto (PNC), en mayo de 2022, dos años y medio después de la petición de arbitraje, estableció tres recomendaciones a CAF. La dirección de CAF siempre se ha negado a abandonar el proyecto, alegando que cumplía las normas internacionales, añadiendo un sofisma cínico al barruntar que, si no hay empresas castigadas por su intervención en la ocupación y colonización israelí por parte española o europea, CAF puede lucrarse ayudando a la ocupación y colonización israelí.

La ampliación de la línea roja de tranvías, la construcción de la nueva línea verde, sus depósitos, etc., posibilitan no sólo el transporte de pobladores israelíes a las colonias en territorio ocupado, facilitan la ampliación de las colonias existentes y otras nuevas, desplazando población de la potencia ocupante a Territorio Ocupado. La planificación urbanística de las autoridades de ocupación israelí expropia, expulsa y degrada a los pobladores originarios palestinos favoreciendo al ocupante israelí. CAF y sus asesores, desde un catedrático de derecho marítimo amigo del lendakari, hasta el último asesor en nómina de CAF, dicen que algunas expropiaciones ya se habían hecho antes de que concursase CAF o que ponga los carriles, pero no dicen nada de las nuevas expropiaciones y expulsiones. Alegan, lo mismo que los rectores nazis en Nuremberg, que CAF obedece órdenes (de los israelíes), desprecia colonialmente la voluntad palestina y no quiere reparar en la legalidad internacional, ni en la legitimidad de las órdenes y planes de las autoridades de ocupación.

Aún más. Frente a la denuncia del CSCA que CAF no tiene diligencia debida digna de ese nombre, y la Recomendación Primera del PNC de llevar a cabo un estudio sobre socios, proveedores y clientes y el respeto de todos ellos a la legalidad y al respeto de los derechos humanos, CAF persiste en que sus procedimientos son correctos y de alta consistencia. No dice que Shapir, la empresa socia de sus aventuras coloniales, tiene canteras, hace viviendas e infraestructuras en las colonias en Territorio Ocupado ya antes y después de estar juntas en este proyecto. De hecho, fuentes de CAF señalan que Shapir es su socio estratégico en más proyectos y que licitan en la nueva línea azul que también abarca Territorio Ocupado Palestino. La diligencia debida de CAF no tiene reparos en que además de Shapir, sus proveedores Banco Hapoalim y First International Bank of Israel o el cliente de sus autobuses Solaris, Egged, están en la Base de Datos de empresas que las Naciones Unidas han señalado como participes en la colonización ilegal de Territorio palestino.

La Recomendación dos del PNC es que CAF revisase su información a inversores y terceros. CAF miente cuando dice que su proyecto es en la ciudad israelí de Jerusalén y no dice que se hace en gran parte, en Territorio Ocupado. Por cierto, sus auditores Deloitte o E&Y o la Comisión Nacional del Mercado de Valores no corrigen las afirmaciones de CAF. Quizá, se deba a que la Presidenta de la Comisión de Auditoria interna de CAF sea la Consejera Carmen Allo, a su vez, Consejera de otra empresa española Edreams que, nada casualmente, también está en la Base de Datos de las Naciones Unidas de empresas colonizadoras. ¡Menudo Consejo de Administración y entidades de vigilancia!

La Recomendación tercera del PNC es que CAF nombrase a un consultor independiente que hiciera un Informe de Impacto Social del Proyecto. Desgraciadamente, esa empresa consultora, ‘Negocio Responsable’(?), no ha contrastado información ni con responsables palestinos, ni con el CSCA; no ha querido estudiar el plan urbanístico israelí de crecimiento de las colonias Pisgat Zeet y expulsión de familias palestinas de Suafat o Hamatos al que rinde pleitesía CAF. Señala con el dedo que un tranvía o transporte público frente al automóvil reduce la emisión contaminante de gases o que, si pagas un billete, puedes montar en el tranvía seas palestino, israelí o de las vascongadas. No dice nada, si un palestino puede llegar o no a Jerusalén, aunque haya nacido allí. Nada sobre la diligencia debida adecuada que desecharía a su socio, proveedores o clientes. No dice nada de dónde están los depósitos de los vehículos. No quiere saber geografía y su significado. Tampoco, donde celebran la fiesta los trabajadores de CAF Israel su fiesta de confraternización, en el asentamiento Kalia Beach, en Territorio Ocupado palestino. No quiere señalar la luna de que, con ocupación, con desprecio a los palestinos, hay una política de colonización ilegal en la que CAF es un agente activo.

Futuro que ya ha llegado

Sí falta un castigo. Sabemos que hay un doble rasero español, europeo e internacional ante otras ocupaciones militares. Pero Oslo ya ha prohibido que en los nuevos contratos pueda licitar CAF. Asociaciones portuguesas han pedido a sus autoridades que no sea contratada CAF. Y esto no ha hecho nada más que comenzar.

Por último, lucro a corto a costa de imagen corporativa o sostenibilidad ética. Esa disyuntiva es la tienen que resolver los accionistas de CAF, entre los que se encuentra Finkatuz, de la administración vasca.

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