Ibon Cabo Itoiz

La rotonda vasca II, pequeños grandes partidos, pequeñas grandes incógnitas

Según un estudio reciente del Gobierno Vasco en torno a los resultados electorales de noviembre, la fidelidad de voto es más alta en partidos abertzales que en estatales. Además este estudio nos muestra algunos espacios comunes entre partidos y algunas diferencias en función del ciclo electoral o del tipo de elecciones.

Al respecto algunos partidos pequeños que sirven, en su mayoría, para conectar con esos vasos comunicantes tratan de airear su independencia para servir al hermano mayor que alimenta su dependencia. En cualquier caso, ante el nuevo ciclo que se abre tanto a nivel estatal, como en la CAV y también en Nafarroa, su importancia podría ser vital a la hora de configurar mayorías que se mueven en un nicho tan estrecho de votos.

El estudio antes mencionado, habla de un descenso generalizado y pequeño en el interés por las elecciones de noviembre con respecto a las de abril. Por el contrario, establece una enorme preocupación en el electorado activo por los resultados emanados de la última cita electoral. Esto último se muestra no solo en la respuesta a la pregunta al respecto, sino en los datos de respuesta de los encuestados en torno a la convicción en el voto emitido. Esto lleva directamente al tema de la fidelidad en el voto de cara a lucha por encabezar una respuesta adecuada a esa preocupación y las dinámicas de trasvase de votos.

En términos generales esta desciende entre los dos últimos periodos electorales, sin embargo, es importante analizar las tablas que suministra más detalladamente este estudio. En ellas se muestra como los votantes de PNV y EH Bildu apenas han seguido la campaña electoral. Los dos partidos tienen un electorado muy ideologizado ya que, además, unos ponen como prioridad absoluta los temas vascos y otros lo hacen con los temas españoles. Incluso tienen una alta valoración sobre el hecho de que el voto es más bien un deber en algún caso superior incluso a la definición básica de ser un derecho. Su grado de fidelidad es por lo tanto muy amplia. Demostrado y reforzado este hecho en la pregunta relativa acerca de si votan siempre al mismo partido, en cuya respuesta sobresalen ampliamente con respecto al resto. Además son un electorado con amplio conocimiento político ya que conoce ampliamente por encima del resto los resultados electorales que se han producido recientemente.

Por el contrario, la derecha española y la izquierda estatal se muestran más volátiles en todos los aspectos relativos a la fidelidad de los votos antes mencionados. Así pues son los grandes nichos de convergencia PNV-EH Bildu-Podemos, Podemos-PSE y PP-Ciudadanos-Vox los que marcaran a priori los próximos resultados electorales en la CAV.

Ante esto, todo el mundo se mueve hacia donde cree que puede hacer un mayor surco al competidor. En este sentido, para reclamar centralidad y abandonar el nicho tradicional de la derecha, el PNV trata de negociar con Podemos el presupuesto de la CAV. Además esto supone para Podemos el tratar de captar votantes de su principal espacio de convergencia: el PSE. Pero claro, nunca llueve a gusto de todos y Ezker Anitza se revela para no perder su corte de votantes tradicionales. El papel de estos últimos es fundamental pues representan el nexo con el pasado en una comunidad donde distintas siglas (EE, EUE, EB…) lograron resultados electorales significativos en torno a un 10% que les otorgaron representación en diversos territorios durante algunos años. También les da hilo directo con el votante más de izquierdas dentro del ámbito estatal. Así el giro presupuestario parece medido y con un objetivo común para ambas partes. Como también parece muy estudiada la renuncia de Ezker Anitza a aprobar este presupuesto.

En el ámbito abertzale, sobresale mediáticamente la crisis de Eusko Alkartasuna. A lo largo de su historia la apuesta por la acumulación de fuerzas soberanistas ha sido una constante. También la profundización en el estado del bienestar (implementación de la RGI, curriculum vasco, enseñanza pública…) poco a poco dotando a la CAV del sistema de protección más avanzado del Estado. Este último ámbito histórico, ha permanecido oculto por las críticas continuas de algunos de sus socios de coalición que creen que EH Bildu debe tener un mensaje uniforme. Este hecho ha llevado a la rebeldía a un sector del partido que, unido a sus últimas derrotas a nivel interno que les han apartado de las mayorías en los órganos de dirección nacional, ha utilizado a los medios para tratar de mantener un discurso propio alrededor de los líderes de siempre. La exageración en las formas ha llevado a puntos de no retorno personales que se perciben en frases nada celebres y si bastante poco políticas como «hay que votar y el que gane que se quede con todo».

Si EA quiere sobrevivir a su propia apuesta por la paz (teniendo en cuenta que habrá quien dentro de su propia coalición utilice la guerra de EA para sacar su propia cabeza y asegurarse determinados puestos en el próximo Parlamento) tiene que sellar una paz interna que le permita luchar por los nichos de convergencia de votantes con el PNV y con Podemos. En el primer caso, porque su apuesta por el nacionalismo moderado es una huida de su propia esencia y en el segundo caso, porque Podemos vive actualmente más preocupado de no retroceder con el PSE que de convertirse en una alternativa real al partido del Gobierno. Además el espacio que ahora ocupa EH Bildu está ligado a la oposición y el electorado necesita fiabilidad a la hora de elegir una elección alternativa de gobierno. Así pues si logra recomponerse volverá a ser el Pepito Grillo de su propio espacio aunque esto le suponga a veces predicar en el desierto ante sus propios socios o ante el nacionalismo regionalista imperante.

Las negociaciones en el Estado determinan la existencia de dos bloques de partidos entre aquellos que son minoritarios: los partidos que componen el frente regional frente a aquellos que tienen por objetivo la lucha nacional. Así pues en una lado tenemos al PRC, Teruel Existe, CC, Más País y el PNV. Partidos cuyas demandas se circunscriben exclusivamente a un calendario de competencias, inversiones en infraestructuras o a profundizar en derechos sociales de un modo más general. El segundo bloque (ERC, JXCAT, EH Bildu, BNG, CUP) tratará de impulsar una reforma en la configuración del Estado que les situé en pie de igualdad y no en un continuo punto y seguido negociador.

En este aspecto, es importante el papel del Bloque que no solo aspira a defender derechos nacionales sino a competir con el PSG para ser la segunda fuerza electoral en las próximas elecciones al Parlamento gallego. Podría rentabilizar su papel en Madrid con mayor fuerza que otros partidos si sabe competir y acordar con el Gobierno socialista, sobre todo desde el hundimiento electoral de las Mareas. Lo veremos en un futuro no muy lejano.

Por otro lado, existe una pregunta común en torno al bloque soberanista que puede catapultar o no los intereses de todos ellos… ¿Se ha hundido el independentismo en Catalunya o por el contrario está más fuerte que nunca? Un estudio de Joe Brew, en Sin Permiso, da validez a la hipótesis de refuerzo y resta validez científica a quienes defienden lo contrario. Además, la llegada de la CUP hace de nuevo importante en Catalunya la presencia y el papel de los pequeños partidos que hacen de bisagra y de entidades capaces de generar mayorías de un signo y del otro.

Por todo ello, los partidos más poderosos tratarán de impulsar el papel de instituciones nacionales, en términos estatales o desde el punto de vista abertzale, que tratarán de dar cobijo a nuevas mayorías. Sin embargo, estas instituciones no serán verdaderamente importantes sin la participación de los pequeños partidos, que inclinan la balanza entre los grandes luchadores de la actualidad. Un presente que cambia de un día a otro con una velocidad como nunca se había visto, pero que sigue variando en función de esos pequeños matices de los votantes que no se conforman con ser parte de una agenda común sin que sus particularidades sean atendidas. Izquierda Ezquerra sigue viva en Nafarroa a pesar de los años y las disputas. Podría ser una buena lección para aquellos peces grandes que pretendan devorar a los más chicos.

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