Víctor Villar Epifanio
Educador Social, Graduado Social Colegiado y activista de los derechos de las personas con discapacidad

La transición política y social de Colombia

Las palabras del Presidente Gustavo Petro en la sede de la ONU nos emocionaron a todas las personas que creemos en un mundo más justo, desde Palestina hasta Europa.

Pero, analicemos la situación de Colombia ahora mismo, entre la esperanza y el caos, (que no la anarquía), mafioso.

Las leyes sociales del gobierno de Gustavo Petro son un tema que despierta gran interés en la sociedad colombiana. Este gobierno ha implementado varias iniciativas que buscan mejorar la calidad de vida de los ciudadanos. A través de estas leyes, se pretende disminuir la desigualdad y promover el bienestar social en el país.

Una de las leyes más importantes es la reforma a la salud. Esta reforma busca garantizar el acceso a servicios de salud de calidad para todos los colombianos, especialmente para aquellos en situación de vulnerabilidad. Por ejemplo, el sistema de salud actual ha dejado a muchas personas sin atención médica adecuada. Con esta reforma, se pretende asegurar que cada persona, sin importar su situación económica, tenga acceso a tratamientos y medicamentos necesarios. Esto no solo mejora la salud de la población, sino que también reduce la carga económica de las familias.

Otra ley significativa es la reforma agraria. Esta iniciativa busca redistribuir la tierra para que los campesinos tengan acceso a ella. En Colombia, muchos campesinos viven en condiciones precarias debido a la concentración de tierras en manos de unos pocos. Al promover una distribución más equitativa, se espera fomentar la producción agrícola y mejorar la economía rural. Además, esto puede contribuir a la paz en el país, ya que muchos conflictos armados han surgido por la lucha por la tierra.

La educación también ocupa un lugar central en las políticas de Gustavo Petro. La implementación de una educación gratuita y de calidad es fundamental para el desarrollo de la sociedad. Muchos jóvenes en Colombia no pueden acceder a la educación superior debido a los altos costos. La educación gratuita no solo abre puertas a un futuro mejor, sino que también impulsa el crecimiento del país a través de una población más educada y preparada para enfrentar los desafíos del mundo laboral.

En cuanto a la discapacidad, estas son las principales Leyes:

Ley 2456 de 2025
Esta ley crea los Fondos de Protección y Apoyo a Personas con Discapacidad y sus Cuidadores o Asistentes Personales, enfocados en recaudar y administrar recursos para intervenciones biopsicosociales con el fin de mejorar la calidad de vida, promover la autonomía y superar la pobreza entre esta población y sus cuidadores.

Ley 2418 de 2024
Conocida como la "Ley de Reserva de Plazas para Personas con Discapacidad", establece medidas afirmativas para garantizar el acceso y ascenso en el empleo público, incluyendo reserva de plazas en concursos y ajustes razonables para superar barreras en el sistema de carrera administrativa

Ley 2297 de 2023
Esta norma establece medidas efectivas para beneficiar la autonomía de las personas con discapacidad y sus cuidadores, promoviendo una mejor inclusión 

Directiva Presidencial 05 de 2023
Aunque no es una ley, esta directiva del presidente Petro exige a las entidades públicas cumplir con la vinculación laboral de personas con discapacidad y reportar anualmente su cumplimiento, fomentando la inclusión laboral en el sector público 

Acto Legislativo para Circunscripción Especial (en debate en Senado)
Aunque aún no sancionada, propone la creación de una curul especial en la Cámara de Representantes para garantizar la participación política directa de personas con discapacidad, promoviendo su inclusión política.

Adicionalmente, la política del Gobierno del Cambio ha promovido la sanción de la Ley de Salud Mental (2025), que integra enfoques psicosociales y puede favorecer indirectamente a personas con discapacidades psíquicas o emocionales 

Estas leyes y medidas buscan atacar las barreras sociales, laborales y políticas que históricamente han afectado a las personas con discapacidad en Colombia, en un marco de respeto a sus derechos y buscando su inclusión efectiva.

Finalmente, las leyes sociales del gobierno de Gustavo Petro buscan crear un país más justo y equitativo. Las reformas en salud, agricultura y educación son solo algunos ejemplos de cómo se puede trabajar para mejorar la calidad de vida de todos los colombianos. Estas iniciativas son pasos importantes hacia un futuro donde nadie se quede atrás.

En conclusión, las leyes sociales del gobierno de Gustavo Petro son un gran avance hacia un Colombia más igualitaria. Al garantizar acceso a salud, redistribuir tierras y ofrecer educación gratuita, se sientan las bases para un desarrollo más justo. Es esencial apoyar estas iniciativas y participar en su implementación, ya que el verdadero cambio comienza con la colaboración de todos.

Todo esto está muy bien y espero que su sucesor, Iván Cepeda, pueda mantener e implementar esta legislación. Pero yo he mirado a quienes están haciendo el trabajo social y comunitario de base, sobre el terreno, las lideresas sociales de la Colombia rural y dispersa, lo que aquí llamaríamos la España profunda, la de Los Santos Inocentes.

Estas personas, en su mayoría mujeres, hacen un papel muy importante en la lucha social de Colombia. En un país donde no hay tejido asociativo estas mujeres hacen el papel que aquí harían asociaciones de personas con discapacidad, ecologistas, sindicatos agrarios, asociaciones feministas y asociaciones anti desahucios, a la vez y sin ninguna ayuda ni reconocimiento legal.

De este modo, estas mujeres se enfrentan a cosas como desapariciones forzadas al intentar denunciar cosas como la mala gestión de residuos por parte de multinacionales en la selva colombiana, talas masivas, destrucción de pozos naturales, consumo masivo de agua por parte de multinacionales.

Para hacer todo esto, las autoridades locales recurren al desalojo forzado de familias campesinas mediante contratos engañosos y sin apenas recompensas económicas. Estas mujeres organizan a su comunidad para parar esos desalojos.

Estas lideresas también se ocupan de protestar por la subida de precios de la energía eléctrica, subida que supone gastar gran parte de sus recursos para dar de comer a sus familias.

Estas mujeres también realizan cursos para la emancipación de las mujeres en su comunidad y hacen labores de acompañamiento de estas mujeres al denunciar violencia machista.

También, buscan recursos educativos y sociosanitarios para sus hijos e hijas con discapacidad. Tanto es así, que las autoridades derivan a otros familiares a sus casas particulares.

Por hacer este trabajo, estas mujeres y sus familias, no solamente no reciben ningún apoyo del Estado sino que también son acosadas por organizaciones locales de derecha y extrema derecha y grupos armados fuera de la Ley relacionados con el narcotráfico y amparados por las autoridades locales.

Aquí se ve un machismo extremo por parte de las izquierdas colombianas, ya que la estructura de este movimiento, me recuerda a la estructura de la Iglesia Católica, donde las monjas son las que hacen el trabajo de campo de manera esclava y limpian la mierda, (literal y pública), de los curas, mientras estos ascienden en el escalafón. En el distrito de Córdoba, por ejemplo, solamente una mujer salió elegida en la consulta interna, (elecciones primarias), de Pacto Histórico y fue por cupo, aunque tampoco se entiende ese tanto por ciento de cupo para el 52% de la población.

De todo esto sacamos dos conclusiones, una positiva y otra negativa.

La primera es que en Colombia lo social es político, allí no existe esa pretendida neutralidad de las organizaciones sociales. Ese típico: “No te metas en política”, propio del sistema social clientelar, no existe en Colombia, allí, como yo he dicho siempre, piensan que lo social es político.

La segunda es que no existe un tejido asociativo fuerte y diversificado, como existe en España y en Europa, un Lobbie social. Allí existen gentes con muy buena voluntad, que, como diría Rajoy: “Hacen cosas”. Esto genera un “Tutum revolutum” de diferentes causas, desde sindicatos agrarios hasta apoyo a personas con discapacidad, pasando por labores antidesalojo o trabajo feminista o ecologista. Todo ello dirigido por lideresas sociales con formación básica y casi siempre de manera gratuita y sin ni siquiera organizaciones legalmente constituidas, en muchos casos. Curiosamente, la poca organización formal que hay, ¡oh, sorpresa!, está dirigida por hombres. Y es que cuando lo social empieza a ser rentable, aparece el hombre, en este caso “comumacho” o el “machiprogre” para decir a las mujeres como hacer lo que han hecho hasta ahora y monetizar el asunto. Eso es internacional, por desgracia.

En conclusión, estas mujeres son las que están dando la cara mientras la estructura social de Colombia toma forma, pero me temo que cuando todo esté en marcha, no serán ellas las que ocupen los puestos relevantes.

¿Qué vía social elegirá Colombia?

En este aspecto, tenemos dos grandes vías: La latinoamericana y la europea.

La tendencia actual en algunos países de América Latina es el trabajo comunitario, la comunidad se organiza para realizar un proyecto que la comunidad quiere . Esta vía suena muy bien, pero tiene sus inconvenientes, sobretodo en la Colombia rural y dispersa.

El primer inconveniente es, como diríamos en mi tierra: “Entre todas la tenían y ella sola se murió”.

Por mi experiencia sé que cuando hay mucha gente implicada en algo y no hay un liderazgo claro y un núcleo de activistas profesionales la cosa no funciona. Cuando digo profesionales, no hablo necesariamente de empresas, sino gente formada e implicada al 100%. No lo digo yo, lo decían Lennin y Trotsky, nada sospechosos de ser CEOS de Silicon Valley ni de la ONCE.

El segundo inconveniente es la lentitud del proceso. Hace meses que trabajo con gente de Colombia y parece ser que son adictas a las reuniones sin conclusiones.

El tercer inconveniente es que, al final, la tarea recae en un grupo reducido de personas, (4 o 5), que suelen ser las más voluntariosas pero no necesariamente las más preparadas.

El tercer inconveniente es que, cuando si hay asociaciones, sus cargos directivos, (hombres), dirigen el proyecto incluso en el plano técnico, por encima del criterio técnico de las propias profesionales (mujeres), a las que han contratado para realizar el proyecto. Y para más recochineo cobran del proyecto como cargos de la asociación, no por funciones técnicas, algo poco ético si es así y poco estético si se autocontratasen como técnicos.

Pero… ¿cuáles serían las opciones europeas?

Bien. Aquí tenemos tres opciones, según la zona de Europa.

El primer modelo es el Universal y subjetivo. Que se da en los países nórdicos y se trata de un sistema específico y público. El modelo de política social universal y subjetiva es un enfoque que busca integrar principios universales de bienestar social con una comprensión profunda de las experiencias y necesidades individuales y locales. Al igual que con el modelo de acción social, este enfoque reconoce la dualidad entre los valores que pueden ser aplicados de manera general y la subjetividad de las circunstancias personales. A continuación, se exploran sus componentes, implicaciones y aplicaciones:

1. Política Social Universal:
- Se refiere a la creación de políticas que establecen normas y estándares que son aplicables a todas las personas, independientemente de su contexto. Esto puede incluir derechos básicos como la educación, la salud y el acceso a servicios sociales. La idea es promover el bienestar y la igualdad a través de un marco legal y normativo que todos los ciudadanos puedan reivindicar.

2. Política Social Subjetiva:
- Reconoce que las necesidades y percepciones de bienestar no son iguales para todos. Cada individuo o grupo de comunidades tiene experiencias únicas que pueden influir en cómo interpretan y responden a las políticas sociales. Este aspecto enfatiza la importancia de tener en cuenta la diversidad cultural, socioeconómica y personal al diseñar e implementar políticas.

El segundo modelo es el modelo profesional, inserto en el sistema de Seguridad Social. Este modelo se da en países centroeuropeos, como Alemania y Austria.

El modelo de política social profesional se centra en la planificación, diseño e implementación de políticas sociales basadas en una comprensión técnica y profesional de las necesidades sociales y económicas de la población. Este enfoque enfatiza la importancia de la profesionalización en el campo de las políticas sociales, asegurando que se apliquen conocimientos y habilidades adecuadas para abordar complejos problemas sociales. A continuación, se detallan sus características, implicaciones y aplicaciones.

Características del Modelo de Política Social Profesional son:

1. Enfoque Basado en Evidencias: Este modelo subraya la importancia de utilizar datos y evidencias concretas para informar la creación y evaluación de políticas. Los profesionales del área, como sociólogos, economistas, trabajadores sociales y otros expertos, utilizan investigaciones y análisis de datos para fundamentar sus decisiones.

2. Capacitación y Especialización: La profesionalización en políticas sociales requiere personal capacitado y especializado, que entienda tanto las teorías subyacentes como las realidades prácticas. Esto incluye formación en métodos de investigación, técnicas de intervención, gestión de programas y evaluación de políticas.

3. Ética Profesional: Las herramientas y enfoques utilizados en este modelo están guiados por principios éticos que buscan promover el bienestar social, la equidad y la justicia. Los profesionales deben actuar con responsabilidad, transparencia y respeto por los derechos de las personas.

4. Participación Interdisciplinaria: La complejidad de los problemas sociales requiere un enfoque interdisciplinario. Este modelo a menudo implica la colaboración de diversos especialistas de distintos campos para abordar las múltiples facetas de un problema social.

Y, el último enfoque sería el enfoque asistencialista. El enfoque asistencialista es, a mi parecer, la peor opción. Es aquel en el cual el Estado y las diferentes administraciones públicas delegan su responsabilidad en asociaciones , las cuales, actúan como subcontratistas sociales por la vía de la subvención, dependiendo de la cantidad entregada de la situación económica o la voluntad política. Evidentemente, esto genera una enorme dependencia clientelar de las organizaciones sociales que no se atreven a mover un dedo políticamente por miedo a perder su subvención para un proyecto concreto o para su propia supervivencia en personal e infraestructuras. Este es el modelo mayoritario en países del sur de Europa.

Bien, después de ese análisis de la situación y de los posibles modelos para el nuevo Estado Colombiano, es hora de dar mi humilde opinión sobre cómo continuar con esta transición política y social.

En primer lugar, haría paquetes de medidas homogéneas destinadas a crear sistemas universales de cada uno de los pilares del Estado del Bienestar incluyendo el Sistema de Atención a la Dependencia.

En segundo lugar, mediante legislación de desarrollo diseñaría las instituciones públicas y los mecanismos para desarrollar esos sistemas y establecer, por supuesto, una dotación presupuestaria suficiente.

Después, lo suyo sería reconocer a todas estas mujeres que han estado luchando sin recibir un peso y poniendo en peligro sus vidas . Para ello, haría falta dos cosas: Una fuerte inversión en formación de estas mujeres y la convalidación de sus años de liderazgo en títulos oficiales. De este modo, se tendrá un cuerpo de técnicas que se incorporarán en bloque a las nuevas estructuras creadas que he mencionado anteriormente.

Pero para todo lo dicho, hace falta hacer dos cosas: Acabar con la corrupción endémica y estabilizar el país socialmente. Eso ya no es mi materia. Yo, como socialdemócrata y activista social y con permiso de los marxistas más puristas, solamente sé que para tener estabilidad debe haber un Estado y para tener bienestar este Estado debe ser fuerte y bien estructurado.

Recherche