Sergio Anguas Fanlo
Ajedrecista

La vuelta a la normalidad en el ajedrez

El respeto que deben mostrarse ambos contrincantes antes de comenzar su duelo dándose la mano, la conformidad con el resultado sellándolo con otro nuevo apretón de manos... son ejemplos que evocan la nobleza de este milenario arte.

Los beneficios del ajedrez son conocidos por todo el mundo. Potencia la memoria, facilita la concentración, ayuda a resolver problemas, ejercita ambos hemisferios cerebrales, mejora la creatividad... y según algunos estudios puede ayudar a prevenir el Alzheimer, a mejorar los hábitos de estudio a niños con TDAH y tiene una aplicación directa en el cálculo y análisis de variantes matemáticas que pueden influir en la economía, por ejemplo. Pero si por algo el ajedrez ha estado estos meses en la primera plana de la actualidad mundial es porque es el único deporte (el deporte-ciencia, como algunos lo denominan) que es capaz de romper con todas las barreras físicas y sociales que nos hemos tenido que imponer a nosotros mismos para hacer frente a la pandemia que azota a nuestra sociedad.

El ajedrez ha llegado a muchísimos hogares gracias a plataformas online como chess.com, chess24.com o lichess.org, por ejemplo, y son decenas de millones los jugadores que practican este deporte todos los días y a todas horas. Puedes retar a alguien de Santiago de Chile y al rato competir en un torneo que se organiza en Sidney. Los límites que nos imponen las cuarentenas saltan por los aires gracias a la magia del ajedrez.

Pese a todo esto que ya tenemos ganado, hay que tener claro que el ajedrez online nunca va a poder alcanzar los hitos y la grandeza del ajedrez presencial. La práctica presencial es el verdadero ajedrez: el ajedrez real, el cara a cara, mover las piezas con tus propias manos, el deporte frente al entretenimiento por resumirlo de alguna forma. Así, el respeto que deben mostrarse ambos contrincantes antes de comenzar su duelo dándose la mano, la conformidad con el resultado sellándolo con otro nuevo apretón de manos... son ejemplos que evocan la nobleza de este milenario arte que tal vez el nuevo escenario que tengamos delante haga variar en su forma, pero nunca en su fondo.

Es por todo esto por lo que no debemos perder la perspectiva de dónde estamos, de dónde venimos, cuáles son nuestras prioridades y qué queremos conseguir a partir de ahora en el mundo del ajedrez. Personalmente he podido contemplar que estos últimos meses algunos jugadores que habían abandonado la práctica de este nuestro deporte han vuelto a los tableros. Esta circunstancia debería ilusionarnos y hacernos reflexionar sobre la posibilidad de seguir creciendo y ser cada día más y más grandes, de no cerrarnos en nuestros propios círculos, de ser valientes para posicionarnos hacia ámbitos que deriven en nuevos horizontes, en nuevas recetas y fórmulas de entender nuestro deporte.

En todo esto deberíamos poner el acento a partir de ahora en el ajedrez navarro, en sumar, en crecer, en avanzar...

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