Pilar Hernández Castaño
Miembro de Arabako Pentsionistak Lanean (APL)

Las mujeres mayores frente al miedo y al control machista

Esas situaciones de maltrato perduran y se complican cuando las mujeres deciden divorciarse, y se agravan en la vejez cuando la vulnerabilidad aumenta

El día 25 de Noviembre, en todo el mundo, centramos la mirada en la violencia ejercida sobre las mujeres. Desgraciadamente, la violencia machista persiste año tras año, también la que se ejerce sobre las mujeres mayores.

Antes de ser asesinadas, muchas mujeres arrastran tras de sí años de constantes desprecios, insultos, amenazas, golpes y violaciones por parte de sus parejas, exparejas e incluso de hijos varones. Controlan sus entradas y salidas de casa, les aíslan de su familia y amistades, controlan el uso del dinero y llegan a apropiarse de sus bienes. Intentan con ello anular su personalidad y controlar sus vidas metiendo el miedo en sus cuerpos.

Esas situaciones de maltrato perduran y se complican cuando las mujeres deciden divorciarse, y se agravan en la vejez cuando la vulnerabilidad aumenta y, en muchas ocasiones, en lugar de atención tienen que soportar la indiferencia y el abandono de su entorno familiar y social.

Todo eso no sucede por casualidad. Vivimos y nos han educado en un sistema sociopolítico y económico basado en valores patriarcales, el cual, para mantenerse y seguir existiendo, adjudica papeles distintos a mujeres y hombres y moldean nuestra personalidad.

En nuestra generación –¿solo en la nuestra?– los hombres han sido educados para moverse con libertad a cualquier hora del día, para ser duros y mandar. No se les permite sentir y expresar debilidad. En palabras de Eduardo Galeano «El miedo de los hombres a la mujer sin miedo» se instala en sus mentes. Y muchos canalizan sus miedos a través de la ira descontrolada, principalmente en el hogar, sobre sus parejas y sus hijas e hijos.

A las mujeres, por el contrario, nos han inculcado que el espacio público es peligroso para nosotras, que necesitamos la protección masculina, y que dentro del hogar estamos seguras. No nos han enseñado, sin embargo, a detectar y rehuir las relaciones de pareja insanas que nos destruyen, anulan nuestra personalidad y nos matan.

Ante esta realidad no podemos mirar para otro lado y quedarnos sin hacer nada.

Las mujeres de todas las edades estamos trabajando para perder el miedo en casa y en la calle. Queremos construir unas relaciones de pareja sanas y seguras, basadas en la libertad, la confianza y el respeto. Tenemos derecho a romper las relaciones tóxicas, y decimos alto y claro que no toleramos maltratadores, ni en casa ni fuera de ella.

También queremos ser autónomas económicamente y, para ello, demandamos empleo y salarios justos para todas las mujeres, la eliminación de la brecha de género en salarios y pensiones, así como una pensión de viudedad 100% y una pensión mínima del 60% del salario medio, mientras persistan las desigualdades actuales. Además, son absolutamente necesarios, servicios públicos suficientes y de calidad para la conciliación de la vida laboral y el cuidado de las personas dependientes de toda edad y condición.

Tenemos claro que la superación de las desigualdades y de la lacra de la violencia machista que sufrimos las mujeres, no está solo en nuestras manos. Requiere la complicidad y el firme compromiso de los hombres y del resto de la sociedad para su erradicación.

Así, es necesario que distintos sectores sociales como son las instancias políticas, policiales, educativas, socio sanitarias, empresariales, judiciales, etc., ajusten el enfoque y la manera de actuar en sus campos respectivos, con el fin de garantizar el cumplimiento de los derechos que asisten a las mujeres, mediante una atención ajustada al contexto de sus vidas y a sus necesidades específicas.

Por todo ello, el próximo día 25, las mujeres mayores estaremos de nuevo en la calle para denunciar y hacer visible nuestra situación de desigualdad y violencia, para darnos fuerza y seguir trabajando por nuestra libertad y autonomía frente al miedo inducido y el control que se ejerce sobre nosotras.

Recherche