Josu Goia Etxeberria
Bera

Las riadas son cíclicas

Hace tiempo que venía avisando: todos los fenómenos meteorológicos se van repitiendo cíclicamente a través de los años. Sequías, nevadas, heladas... se van repitiendo a lo largo de los tiempos.

Las grandes riadas del siglo pasado, en Bera, fueron en 1913, 1933, 1953 y 1983. Esto es, cada 20 ó 30 años se ha producido una en mi pueblo. Personalmente conocí las dos últimas. Ahora llevamos 31 años sin riada, pero no tengo duda alguna de que vendrá. Entre medio hubo otras riadas más pequeñas que no afectaron tanto gracias a un dragado intenso que se hizo durante la alcaldía de Manuel San Miguel.

En tiempos de la alcaldía de Manuel Iriarte, aprovechando la urbanización de la zona del campo de fútbol de Matzada, el puente que ostenta este topónimo pasó de tener una anchura de 1,30 metros a tener 5 metros y una altura muy superior al anterior.

En este momento necesitaría un dragado urgente, pues se ha acumulado demasiada grava bajo él, disminuyendo su capacidad. Pero aguas arriba la regata es demasiado estrecha y eso hace que las aguas que bajan desde Labiaga y Larretagaina (Santa Bárbara), por el barrio de Suspela, se desborden hacia el barrio de Illekueta. Hay que realizar un parapeto de tierra, con su talud de escollera, para evitar esto. En mis tiempos de alcalde, un funcionario del Gobierno de Navarra me prometió que lo haría, pero no lo hizo. Esta obra no tiene un gran coste económico.

En cuanto logré la alcaldía, en 1999, me puse en contacto con la Confederación Hidrográfica del Norte (hoy del Cantábrico) en su sede de Donostia y el ingeniero, que estaba al frente de esta delegación, me escuchó perfectamente las soluciones que yo tenía, y tengo, para evitar los desbordamientos de las regatas en el barrio de Altzate, tras un estudio pormenorizado de los puentes y los cauces, insuficientes en caso de grandes avenidas.

La mala suerte hizo que este ingeniero fuera sustituido por la actual responsable de la Confederación Hidrográfica, una tal Noemí, cuya capacidad intelectual pongo en entredicho y que, para colmo, se dedicó a insultarme, a mis espaldas, tratándome de machista. La inteligencia nunca la he medido según los atributos sexuales de las personas. ¡Un respeto!

En la legislatura anterior a la actual, se presentaron varias personas, en Bera, tanto del Gobierno de Iruñea, del de Gasteiz y de la Confederación, contándonos que ahora ya podíamos saber si nuestra casa era inundable o no.

Que mi casa es inundable ya lo sabía. Lo que que quería y quiero saber es qué van a hacer los responsables institucionales para que no lo sea, ni la mía, ni las de alrededor

Para colmo, la alcalde que me sucedió, tuvo la brillante idea de hacer un murete de bloque, por donde las aguas que bajan por la calle Altzate desaguaban hacia una de las regatas. Lo hizo sin permiso de la Confederación. Le avisé, sin denunciarle, que se requería ese permiso. Por lo visto la exposición pública de esa obra se debió de publicar en el BOE. Nadie del barrio se enteró y la obra fue legalizada. Una expresión más de la capacidad intelectual de las personas responsables de la Confederación Hidrográfica. A la alcalde le propuse una solución que le servía para proteger su propia casa y dar salida a las aguas desbordadas. Me contestó que, en caso de riada, ya tirarán el murete con unas porras. ¡Vete preparándolas, que la riada no va a tardar!

Tras el desastre sufrido en mi casa en 1983, tuvimos que hacer una fuerte obra y decidimos convertirla en una especie de submarino: todas las puertas de la planta baja se abren hacia afuera y tienen goma en todo su contorno. Cuando vuelva la riada, cuanta más presión de agua haya en el exterior, menos agua entrará, a no ser que, por causa del nuevo murete construido, suba el nivel de las aguas por encima del nivel alcanzado en 1953 y 1983, porque me temo que entonces los cristales de los escaparates no aguantarán la presión.

En este sentido, si en Elizondo los locales afectados por la última riada hubieran tenido las puertas con apertura hacia el exterior, muchos de ellos se habrían salvado de sufrir destrozos tan grandes. Para eso, igual hay que poner la puerta un poco más adentro, para que, al abrirla, no ocupe la acera. Es un pequeño consejo.

Recherche