Leyendas del Guggenheim de Urdaibai convertidas en cuentos de terror
El pasado mes de mayo y a poco de las elecciones, Elixabete Etxanobe, candidata a Diputada general en Bizkaia, dijo aquello ya tan famoso de «El Guggenheim de Urdaibai se hará sí o sí». Para subrayar su determinación anunció que pasado el verano se iniciarían las obras de derribo de la antigua fábrica Dalia. Y en esas habló de la previa regeneración y descontaminación del acuífero que está por ahí debajo. Era la primera vez que un miembro de lobby que impulsa el macroproyecto turístico hablaba de esa pega. En el Gobierno Vasco, la conocían de forma oficial desde 2022, cuando la Agencia Vasca del Agua, URA, le hizo llegar un informe sobre la situación de la antigua fábrica y su entorno. Esto se supo a finales de octubre, cuando se publicó que dicho informe habría llegado al Parlamento Vasco a finales de octubre. Según la prensa, además de la situación del tal acuífero, el informe de URA incidiría en la inundabilidad del entorno y los riesgos de mayor contaminación de las aguas subterráneas de esa parte del municipio que podría acarrear la actuación sobre la antigua fábrica, incidiendo además en el problema del abastecimiento del agua, deficitario. Es decir, URA venía a decirle al Gobierno lo que Zain Dezagun Urdaibai (ZDU) ya había expuesto en sus alegaciones.
Hasta aquí la leyenda de que las alegaciones han sido rechazadas, puesta en boca de un robot con voz de Inteligencia Artificial, versión femenina, en sendas grabaciones anónimas. Pero volvamos al «sí o sí» de Etxanobe.
Pasaron las elecciones, ella ganó y se proclamó Diputada General, en Gernika-Lumo su partido fue al tercer fuerza en votos y escaños, la de su anterior socio, José María Gorroño fue la segunda y EH Bildu la primera. Sin embargo, EAJ/PNV llegó a un acuerdo verbal con la segunda lista para hacer que casi sobre la bocina el Sr. Gorroño fuera elegido alcalde. Mientras tanto, ZDU pidió acceso al expediente municipal de la antigua fábrica Dalia. Al final, la asociación logró que la alcaldía de la villa y Lumo le contestara escuetamente que «el expediente no está cerrado». O sea, que la señora Etxanobe en su campaña del «sí o sí» había dado por hecho que su partido iba a poder cerrar el expediente de marras, pues iba a ganar, y citó el acuífero contaminado porque ya estaba al tanto. Y fue que no. Y está siendo peor para sus planes, ya que como es bien sabido, el Ayuntamiento de Gernika-Lumo no se ha terminado de constituir, pues no se han asignado las áreas y no hay concejal o concejala de urbanismo, gracias a que los dos partidos de la entente no se ponen de acuerdo.
Hasta aquí la leyenda de los buenos gestores, que lleva tantos años circulando, que hay quien crea que se remonta a las Guerras Banderizas.
No son las únicas leyendas creadas alrededor del proyecto, y es que no les queda otra. A modo de ejemplo, y volviendo a las elecciones de mayo, también Andoni Ortuzar se pasó por Gernika-Lumo y habló, cómo no, del proyecto. «¿Sabéis cómo surgió esto? No lo hemos contado nunca, aunque alguno de vosotros y de vosotras ya lo sabe porque nos pilló en el paseo hasta Murueta. Vino a Sabin Etxea Unai (Rementería), preocupado pero, sobre todo, ocupado en cómo poder dar a esta zona un desarrollo, un arreón. Y el museo le parecía una buena oportunidad, pero sobre otros parámetros que la vez anterior. Trajo la idea de Murueta, de un museo en dos sedes, Gernika y Murueta; de un museo verde, sostenible ecológicamente…».
Menos mal que Ortuzar habló de la vez anterior, si bien no dijo cuándo fue ni por qué no salió adelante. Tampoco dijo por qué su partido la tiene tomada con que la ampliación del Guggenheim Bilbao tiene que ser sí o sí en Urdaibai. Pero ahora la cuestión es que ese relato de Ortuzar con Unai yendo a Sabin Etxea y demás, choca con declaraciones recientes de Vidarte en la prensa afín. Para Vidarte la ampliación se debería a necesidades internas de la Fundación Guggenheim Bilbao. Es lo tienen las leyendas, que sobre fondos de verdad fabrican relatos más o menos imaginarios.
No voy a decir que es la clásica leyenda del héroe, pero casi. La siguiente es la de la heroína. La de la Ministra de Transición Ecológica y Reto Demográfico en funciones, además de Vicepresidenta del Gobierno de España, Teresa Ribera. Así lo contó Ortuzar en Gernika-Lumo:
«Así que se las arregló (Aitor Estaban) para que la vicepresidenta Ribera y dos de sus más estrechas colaboradoras vinieran casi de incógnito aquí. Estuvimos Unai, Aitor y yo con ellas. Hicimos el paseo andando desde Astra hasta Astilleros de Murueta y quedaron prendadas con la idea».
¿Casi de incógnito? Pues si iban tan de incógnito, qué hacían por la antigua fábrica de Astra reconvertida en centro artístico-social por el movimiento vecinal de Gernika-Lumo.
Dejando eso a un lado, me voy a creer que sí se hicieron andando los siete kilómetros más o menos que habría entre Astra y la zona de los astilleros. Y me voy a creer que la ministra y vicepresidenta de entonces se quedara con la idea de que los astilleros ya no «estaban en activo», eran «antiguos astilleros», como ha dejado firmado por ahí. Aunque era evidente que allí se estaba construyendo un barco tal y como conté en otro escrito publicado en GARA.
Ahora por fin el barco ha asomado la popa, pintada de rojo y con su nombre, "Arteaga", y demás datos a la vista. Lo que la ministra no vio, lo he visto yo.
Para terminar, hemos visto en una de las páginas del lobby Astilleros de Murueta SA que el Arteaga ha sido botado en 2023. Quedan unas pocas semanas para que eso sea verdad, que de leyendas vamos sobrados.