Pello Aramaio Etxaburu
Expreso

Los deudores del perdón

Soy colaborador ocasional de este medio. No soy de ese tipo de columnistas de la derecha rancia española que aún no han roto el cordón umbilical que les une al franquismo, esos que nos insultan a diario, esos ilustres licenciados de información que con su verbo y adjetivos barriobajeros hacen que sus artículos lleven el veneno del odio, muy vendido en esas latitudes del Ebro para abajo, rayando en ocasiones el terrorismo literario puro y duro contra la resistencia vasca, esos que se alegran que Arnaldo Otegi y sus compañeros/as sigan aún en prisión.

El mayor explosivo de su historia que haya podido estallar ETA ha sido el anuncio del cese definitivo de la actividad armada, cuyo resultado está a la vista. No nos perdonan. Se les terminó el discurso eterno que era su alimento político de primera necesidad. Cuantos estómagos agradecidos a cuenta de la organización armada. Cuantos puestos de trabajo, directos e indirectos. Cuantos fondos públicos despilfarrados en concepto de fondos reservados para la lucha antiterrorista sin necesidad de justificar las cuentas. Cuanto chollo. Aumentos de patrimonio de ministros y políticos tanto del PP como del PSOE, que en lugar de mirar para la causa han barrido para casa. Todo gracias a ETA. En este escenario actual la paz no les resulta rentable, no les interesa, ni política ni económicamente.

Hay cosas que no tienen desperdicio. Son palabras de Jaime Mayor Oreja, cuando dice que: «ETA nunca miente». Este otro de José María Aznar: «La paz sí pero no a cualquier precio». Si la paz tiene que ir emparejada con el perdón nos llevaría a la convivencia en el futuro, pero también con el reconocimiento de las partes en conflicto de lo que no tenía que haber sucedido nunca, rebobinando la cinta de la historia reciente. Se alcanzará la reconciliación cuando sintamos como propio todo el dolor y sufrimiento ajeno. Cuando ese sufrimiento deje de ser nuestro o el de los otros para ser el de todos, entonces podrá ser posible la convivencia y la reconciliación, incluso podría no ser necesario el perdón y ganaríamos todos.

Siempre me viene a la memoria aquella frase del Sr. Fraga: «El mejor terrorista es el terrorista muerto». Las tesis policial-político-judicial-mediático por lo que se ha sustentado el Estado español para negar la paz a este pueblo con lo de «todo es ETA» sigue aún muy vigente, con la aplicación de las políticas de venganza sin argumentos jurídicos. Como decía Arnaldo Otegi: «los enemigos de la paz creen firmemente que tanto yo como mis compañeros y compañeras somos menos peligrosos para sus intereses en la cárcel que estando libres». La negativa reciente para su liberación del TC de alargar el castigo lo dice todo. Estamos ante un Estado de Derecho travestido en derecho de Estado (abuso del poder), que según para quién, la justicia no es igual para todos.

En una democracia las leyes son para servir al pueblo, no para reprimirlos. No sirve decir que en democracia todas las ideas son defendibles incluso la independencia. Una consulta del derecho a decidir debería ser un simple ejercicio de democracia sin ningún impedimento jurídico. Un acto político expresado en las urnas. Pero por qué tienen tanto miedo para que nuestro pueblo sea consultado? Euskal Herria sigue sufriendo siglos de sometimiento, queremos gobernarnos a nosotros mismos como pueblo, como nación, y no que nos sigan gobernando desde Madrid estos sinvergüenzas, atracadores de los derechos sociales, banqueros, corruptos y degenerados de la política, que nos están llevando a la miseria, en lo político, social, económico y cultural.

Hablando de sometimientos, un hecho reciente. Este servidor, se encontró con un control de la Guardia Civil en Trabakua (entre Markina y Berriz). Al exigirle que mostrara su documentación, tras su comprobación, se ufanaban de su gran descubrimiento por sus antecedentes «terroristas» y de su estancia en prisión halla en la década los sesenta y a principios de los setenta, exigiéndole dar explicaciones de ello. Mas aún, navegando por internet, este servidor figura aún, así como otros muchos con el calificativo de «terroristas criminales». Estamos por tanto ante suma y sigue permanentes, arrastrando listados que provienen de épocas anteriores.

En uno de los poemas que este servidor publicó en su día en ‘Berria’, comenzaba así (traduzco): «Dicen que soy terrorista/ si es así, ellos me han fabricado/ mi madre me enseñó a amar a todas las personas/ y sin hacer mal a nadie me han hecho tanto daño…/ Porque amaba a mi pueblo me he dedicado a él / para no dejar en manos del enemigo nuestra suerte y destino/ ese ha sido mi camino….. Dada mi edad (74), puedo decir con conocimiento de causa, que las mayores fábricas para crear «terroristas» (abertzales) han sido y siguen siendo las comisarías de policía. El troquel represivo en cadena con las prácticas de la tortura te transformaba. A veces, de ser ajeno a las ideas políticas a adquirir conciencia de pueblo maltratado y humillado. Entrabas amedrentado y salías reforzado, porque nos hacían sentir diferentes e importantes.

El querer persistir en el juego de vencedores y vencidos no traerá nunca la paz este pueblo porque desean colapsar el proceso abierto. El PP mantiene su posicionamiento contrario a la paz y soluciones con el apoyo del PSOE. Utilizando términos de economía, el precio que nos quieren imponer a las exigencias de que se pida perdón es muy alto. A nosotros, los abertzales de izquierdas, siguen situándonos como el activo de los eternos deudores del perdón, y todos los demás como acreedores. Yo entiendo, que si se quiere invertir en la paz tiene que fluir el crédito-perdón. El silencio administrativo y la impunidad han sido las constantes de los gobiernos de turno en cuanto al genocidio franquista con su fiel aliado la jerarquía católica española, los cuarenta años de dictadura militar, guerras sucias (BVE, Triple A, GAL…)

En cuanto a las víctimas, siempre he manifestado mi reconocimiento y respeto a todas ellas. Este servidor como víctima también, lleva muchos años esperando que alguien llame a su puerta para solicitarle perdón. Ese día aún no ha llegado. Y continuando con el valor perdón, las cuentas del balance no me cuadran porque existen más acreedores que deudores. Donde están los otros deudores del perdón que aún no han sido contabilizados?

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