Los peores años de mi vida
A partir del 16 de octubre de 1983, fatídico día que pasará a la historia como la vergüenza moral de los socialistas vascos y españoles junto al silencio cómplice de toda una generación de políticos, nacionalistas y no nacionalistas, del erróneamente mal llamado bloque democrático.
Ese lamentable día será recordado por haberse perpetrado en un país europeo y supuestamente democrático la única «desaparición forzada» de 2 ciudadanos vascos refugiados en Francia por parte de responsables políticos socialistas y de algunos miembros de las FSE. No hay un precedente de mayor injusticia humana de causa política en nuestra historia y en plena democracia que este suceso probado y demostrado con absoluto rigor científico y que es comparable a los horribles crímenes cometidos durante el holocausto nazi. Nadie tiene derecho a trasgredir cualquiera que sea la razón aducida el mandamiento de no matar.
Es importante recordar a los dos países europeos implicados en el delito; Por un lado, Francia en cuyo territorio, concretamente en Bayona, se produjo la desaparición de José Ignacio Zabala (21 años) y de José Antonio Lasa (20 años), y como posteriormente supimos, el otro país implicado fue España que prolongó el cruel, salvaje y más grave delito cometido por ese primer gobierno socialista en la democracia española. Ese primer gobierno socialista que alardeaba de sus largos años en la clandestinidad durante la dictadura franquista, se enorgullecía de los supuestos logros y mejoras sociales que auguraban a los ciudadanos de a pie. Ese mismo gobierno socialista que sufrió tanto en una época anterior por la ausencia de libertad no respetó las Leyes establecidas ni las reglas del Estado de Derecho y, lo más grave todavía, utilizó las técnicas más antidemocráticas y los métodos propios de una dictadura en plena democracia vulnerando múltiples derechos humanos tanto de mi joven hermano José Ignacio Zabala como de José Antonio Lasa:
Hay que señalar que es sumamente grave que un estado legal utilice métodos ilegales, demostrados a pesar de todos los impedimentos encontrados a lo largo del arduo proceso. El peor descubrimiento es constatar que los socialistas que tuvieron la oportunidad de cambiar esquemas y actitudes socio-político-económico-jurídicas respetando los principios de igualdad, lo que hicieron fue cambiar los hábitos morales correctos de un día para otro e incluso algunos mandamientos que nos parecían eternos como no matar, no robar, no mentir los intercambiaron como si se tratara de nuestros gustos en el vestir. Al final, desencadenaron una «violencia ciega» contra individuos particulares instigados por el poder con la única finalidad de crear terror, inseguridad, incertidumbre y miedo para controlar a toda la ciudadanía.
Está claro que ese tipo de actuaciones deben ser ejemplarmente castigadas por los jueces en el ejercicio de sus funciones y respetando siempre las reglas de un Estado de Derecho. Pero cuando ves que todo el gobierno vasco-español socialista, junto al apoyo de quienes callan para ser cómplices de asesinatos u otros delitos (invisibles para quien no quiere investigar a través de otras fuentes de información) y solo consigues cobijo en la sabia ciudadanía, crees que la única vía de solución es ofrecer una resistencia pacífica contra todo ese tipo de comportamientos abusivos, ilegales, inmorales, injustos e inhumanos.
Para ello debemos unirnos contra quien nos ha hecho creer que es la mano que nos alimenta ya que hemos descubierto que con conciencia del bien, de la transparencia podemos estar mucho mejor alimentados. Es cuestión de avanzar desde el conocimiento y el respeto del bien común poder abolir o erradicar desde su origen todo tipo de comportamientos que han intentado instaurar pero que son indignos en una sociedad con conciencia plena del bien común y no del bien privado y particular de unos pocos privilegiados.
Esos seres humanos, que habían sufrido durante el franquismo la clandestinidad, algunos incluso la cárcel (como Enrique Múgica Herzog) actuaron ejerciendo el mal de la misma forma que lo habían interiorizado, es decir, en lugar de actuar honradamente utilizando todas las herramientas que permite y están presentes en un Estado de Derecho se creyeron que el poder que ostentaban les permitía saltarse la Ley cómo y cuándo quisieran. Por supuesto, como ocurre en estas situaciones, unos eran las cabezas intelectuales- pensantes y otros miembros los brazos ejecutores de los mayores crímenes ocultos pero, afortunadamente, posteriormente probados.
Esos individuos tan sumamente crueles e inhumanos, tienen nombres y apellidos y son quienes provocaron la mayor tragedia que yo haya conocido para toda mi familia y que ha condicionado toda nuestra existencia provocando un cambio radical en nuestros valores, creencias, inquietudes. Cada uno de nosotros veíamos la mentira en los ojos de los políticos, el odio hacia nuestros seres queridos, la corrupción debida a su enorme ambición y abuso de su poder. Ellos sabían que a través de la manipulación de la opinión pública mediante la mentira todos sus delitos, incluso el delito más grave que puede cometer un ser humano contra otro como es torturarlo antes de quitarle la vida, podían ser justificados aunque, por supuesto, estaban equivocados.
Yo me pregunto: ¿Quién debe o qué autoridad debe supervisar que la clase dirigente actúa correctamente? Lo pregunto porque ese primer gobierno socialista permaneció en el poder durante casi 13 años con Felipe González Márquez como presidente corrupto, criminal y terrorista de España. ¿Quién promovió la investigación sobre los GAL?, ¿Cuándo y por qué? Por desgracia la intención no fue conseguir una mejor y más transparente democracia, sino simplemente destituir al desgastado PSOE destapando todos los casos de corrupción política-económica-social-criminal-terrorista. Es triste que un país solo vele y gobierne para una minoritaria clase favorecida mientras se ríe a carcajadas de toda su eficiente y noble ciudadanía. Es triste que esa noble ciudadanía no castigue a esos corruptos políticos que lo único que han sabido hacer durante el período de su mandato es desprestigiar su oficio haciéndolo tan verdaderamente mal que da la impresión que cualquier donnadie puede llegar a ser político. Pues está claro que hacerlo tan mal sería difícil para los siguientes candidatos.
Yo creo que, en España, mientras exista el bipartidismo, tanto el PSOE como el PP sino se les paran los pies, cometerán todo tipo de delitos porque como hemos comprobado incluso en casos de crímenes contra la humanidad cometidos contra ciudadanos vascos, independientemente que sea el PSOE o el PP, los responsables políticos y los autores materiales de esos salvajes delitos siempre tejen una red de corrupción a su alrededor que les permite gozar de esa impunidad inconcebible para toda persona que tiene unos mínimos conocimientos de ética, moral y derechos humanos.
Por tanto, desde mi humilde posición espero reunir las fuerzas necesarias y juntar a todas aquellas personas que han sufrido la mayor vejación por parte del estado o creen que según la Ley el partido que gobierna tiene el deber y la obligación de velar por todos sus ciudadanos y ser el principal y mejor modelo de comportamiento a seguir predicando con el buen ejemplo. Porque para predicar con malos ejemplos (que es lo que hemos visto hasta ahora por parte de la miserable y corrupta clase política) mejor que se queden solos y en su casa.
Pero lo más duro era ver como se reían de nuestro dolor a la cara, ellos que habían detenido ilegalmente en Iparralde a Joxi y Joxean, tras planificar su secuestro, interrogados durante 3 meses bajo torturas en el Palacio de La Cumbre (que, hoy en día, debería representar el lugar que sirva para construir el Instituto de la Memoria por su simbólico significado) para, posteriormente, y debido a su lamentable estado físico y psíquico hacerlos desaparecer forzosamente decidiendo finalmente asesinarlos tras obligarles a cavar su propia tumba. Este lamentable acontecimiento histórico demuestra que las técnicas utilizadas por los nazis también eran utilizadas por las FSE españolas. Cuando se sabe que tanto los políticos como las FSE (Guardia Civil y Policía) tienen el deber de proteger, garantizar el cumplimiento de las Leyes y solucionar los problemas de los ciudadanos como señala la Organización de Naciones Unidas en el preámbulo de la Declaración Universal de los Derechos Humanos.
Durante casi 12 años tuvimos que aguantar a una clase política que nos maltrató abusando de su poder, nos anuló como seres humanos llegando incluso hasta hacernos creer que éramos culpables de aquella situación que ellos habían provocado. Esa mayoría política socialista que ostentaba el poder junto con la connivencia de partidos como PNV, AP, que no hacían nada contra la espantosa lacra terrorista que nos gobernaba. Felipe González Márquez, José Barrionuevo, Ramón Jauregui, Jose Mª Benegas, Enrique Múgica Herzog, Rafael Vera y otros líderes socialistas aplastaron una y otra vez nuestros derechos como familiares de unas víctimas, todavía hoy no reconocidas, de su propio terrorismo. Esa será su «vergüenza moral» y espero que algún día sean juzgados por ello por La Corte Penal Internacional u otro alto Tribunal.
Sería conveniente divulgar una «memoria del bien» como terapia apropiada no solo para individuos traumatizados, sino también para Estados y naciones que han sufrido horribles crímenes contra la humanidad. Una memoria pública del bien puede ser una importante contribución al proceso de conciliación entre personas afectadas por diferentes terrorismos. Para ello es imprescindible desarrollar las escuelas de la tolerancia y el valor civil para recuperar la memoria incluyente. Ya que al final, con esfuerzo, vence la verdad del bien.