Con dicho motivo suelen acudir a la villa desde el resto de Euskal Herria aproximadamente más de la mitad de los asistentes metropolitanos, unas 65.000 personas, por todos los medios de comunicación posibles. Es por tanto la asistencia colectiva social más importante por encima de cualquier otra actividad o espectáculo. Como siempre y como en tantos hechos significativos de nuestra historia contemporánea Gure Esku Dago, los dirigentes del PNV más español de la historia se esconden, solo en el deporte se entusiasman e intentan engañar a la población.

La novedad este año es que Bilbao tiene un alcalde nuevo, y como elemental gesto de bienvenida, sino educación social, a tantas personas que acudirán a la villa correspondería darles la bienvenida de modo oficial. Es preciso no olvidar el desprecio que Azkuna demostró en tantos años por toda conciencia identitaria, abertzale, para él solo valían los gestos populistas la Amatxo de Begoña, el Athletic, y todo lo español, toros, personajes neofascistas, etc.

Asimismo los visitantes, muchos de los cuales pasan bastantes horas en la ciudad, deberían ser selectivos en los lugares que acuden, establecimientos de todo tipo, por razones obvias. Por ello hace tiempo sugerí se editase un cartel de adhesión a la manifestación para que colocado bien visible emitiera un gesto de simpatía y al menos favorecer y relacionarse con comercios vascos solidarios.

También se debería exigir a las concesionarias de las autopistas que mantienen el chantaje recaudatorio del peaje, que este día al menos al transporte colectivo, incluso por agilidad, se le facilite el paso libre como al parecer se hizo en la vía catalana por la Diada 2013. Esta manifestación es un hecho histórico que muestra al mundo sin titubeo alguno dónde y con quién está el pueblo vasco.