Lázaro Ibáñez Compains
Secretario general del Partido Carlista de Navarra

Manipulación intencionada del Museo del Carlismo

¿Hasta cuándo se va a mantener esa mentira nunca aceptada por nuestros padres y abuelos ni por la dirección del carlismo? ¿Qué intereses se esconden detrás de esta inaceptable manipulación? ¿A quién interesa mantener tal afirmación cuando se sabe que es radicalmente falsa?

Aún se está a tiempo de corregir los errores que, desde su nacimiento, tiene el Museo del Carlismo de trabajar en positivo, de participar con aportaciones y rigor histórico, con un rigor que debe corresponder a los profesionales de la historia y no a quienes públicamente han rechazado la existencia del Museo y, además, han exigido que no se destine un solo euro a su mantenimiento, como tampoco es lógico que quien plantea su cierre, es decir Izquierda-Ezkerra y afines, sean quienes dirijan ahora el nuevo enfoque que tendrá esta institución.

Y también resulta un contrasentido que todo ello se pretenda llevar a cabo con el mayor desprecio y ocultismo hacia el Partido Carlista, que promovió este museo donando valiosos fondos para el conocimiento, debate, estudios y congresos sobre sus casi doscientos años de existencia, evolución, contradicciones, así como su presencia en los distintos pueblos del Estado español. Una existencia que ha sido estudiada por numerosos historiadores nacionales y extranjeros, ya que su peculiar evolución política, ideológica así como su participación en las distintas guerras civiles no deja indiferente a prácticamente a nadie.

Un museo de estas características debe ser un lugar de encuentro, de debate, de estudio y hasta posible motor de desarrollo si las cosas se hacen. Y hacer bien las cosas supone contar con las partes que han hecho posible su existencia y que hoy sea una realidad.

¿Se puede mejorar? Por supuesto que sí. Hagámoslo y corrijamos las lagunas y errores, intencionados o no, que tiene. Uno de los errores que presenta desde su nacimiento es la referencia a la aceptación del Decreto de Unificación y toda su parafernalia fascista por parte del carlismo, algo que se da por hecho cuando nunca fue así.

¿Por qué ese interés en no corregir tal afirmación cuando está demostrado que no se aceptó tal Decreto de Unificación y que desde el minuto uno se nos persiguió, hubo detenciones, destierros, exilios, se clausuraron círculos y periódicos, incluso muertes y los falangistas lanzaban bombas contra nuestras concentraciones con la bendición del Gobierno franquista?

¿Hasta cuándo se va a mantener esa mentira nunca aceptada por nuestros padres y abuelos ni por la dirección del carlismo? ¿Qué intereses se esconden detrás de esta inaceptable manipulación? ¿A quién interesa mantener tal afirmación cuando se sabe que es radicalmente falsa?

En resumidas cuentas, habría que plantearse si, ante el nuevo proyecto de museo, se va a restablecer su Consejo Asesor y cuál es el papel en el mismo del Partido Carlista; si en este proceso se van a admitir aportaciones o se va a mantener el actual oscurantismo, si la posible donación de nuevos documentos se deberá hacer a partir de un nuevo convenio, y si la futura trayectoria del Museo dependerá de los historiadores o de una Izquierda-Ezkerra que es quien está detrás del actual proceso de reforma.

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