Memoria sí, antes y ahora
Se inauguró ayer en el Palacio de Villa Suso una exposición sobre el holocausto judío, que contó con la presencia del embajador israelí en España, componentes de la Asociación Israel-Euskadi, el alcalde de la ciudad y unas 140 personas más.
También hubo una concentración de rechazo a la presencia del embajador israelí frente a este mismo palacio.
Escribo estas líneas desde la preocupación que me produce que la Asociación Euskadi-Israel, la embajada israelí y demás entidades pro-sionistas sean las encargadas de que este trabajo de memoria histórica se transmita a la ciudadanía y se lleve a escuelas (según he leído en algún medio).
La misma preocupación me produce el hecho de que la Asociación Euskadi-Israel en sus 2 años de actividad, intente instrumentalizar la recuperación de la memoria sobre el pasado judío de Vitoria-Gasteiz (el barrio/cementerio de Judimendi, la calle de la Judería…).
El holocausto de los judíos (y –según la exposición– «el genocidio de gitanos, homosexuales», (republicanos, comunistas, anarquistas...)) y la expulsión de los judíos de Vitoria-Gasteiz –junto con los moriscos y judíos de todo el Reino Español– son temas muy importantes que desde luego hay que trabajar para que se conozcan y se sensibilice a la población, infantil, joven o mayor para que nunca más en Europa ni en el mundo permitamos que a nadie se le expulse, mate o discrimine por su género, origen, religión, etc.
Sin embargo Israel y el sionismo utilizan constantemente el holocausto y la persecución y expulsión de judíos en la España de los Reyes Católicos para legitimarse a sí mismos, y eso ya no.
Porque el proyecto de construcción del Estado de Israel se basa en la expulsión del pueblo palestino de las tierras que habita (y habitaba), sin posibilidad de retorno a las casas que les fueron arrebatadas con violencia, sin posibilidad de tener igualdad de derechos en Israel, y ocupando mediante las colonias y militares más y más tierras cada vez.
Por eso delegar el trabajo –tan necesario– de recuperación de la memoria histórica tanto del holocausto como de la comunidad judía que habitaba en nuestra ciudad al sionismo pro-israelí es altamente peligroso: porque de lo que se trata es de luchar, mediante la memoria activa, para que aquellos crímenes de lesa humanidad no se vuelvan a repetir contra nadie, no de levantarlos como un velo para ocultar la expulsión y el genocidio de otro pueblo, el palestino.