Xabier Pérez Herrero

Mi opinión sobre el «catalanes: ¡os queremos, no os vayais!»

No hay peor relación entre pueblos hermanos que la resultante de imposiciones territoriales forzosas, como tampoco la hay en el seno de una pareja cuando una de las partes subyuga a la otra.

Antes que nada decir que me emociona y enternece ese comentario cuando proviene de gente realmente progresista del Estado español, de la que me consta que lo dice de corazón. Otra cosa son los que también utilizan la frase de marras al modo y manera de los maltratadores, falsamente arrepentidos tras golpear a su compañera. Pero no, no me quiero referir a estos últimos miserables que confunden cariño con dominación, sino a la gente progresista y solidaria.
En primer lugar, deciros que, de «irse», Catalunya no se «va» a ningún lado. Va a seguir allí, en la parte alta y a mano derecha de la península ibérica. «Irse» significa captar, gestionar e invertir sus propios recursos de la forma que ellos y ellas consideren conveniente a través de sus representantes electos. «Irse» quiere decir tener un país en forma de República, dejando a un lado reyes, infantas, marqueses, condes y demás onerosas antiguallas. También supone abandonar definitivamente las corridas de toros sangrientas sin leyes «culturales» externas que les obliguen a acogerlas.

Significa disponer de una exclusiva policía integral (Mossos) no contaminada por los modos y comportamientos liberticidas consustanciales a muchos elementos de las policías estatales (lo de estos días lo deja claro, ¿no?). Además, supone proteger más y mejor su propia cultura, no como elemento reactivo frente a las demás, sino por ser parte de su idiosincrasia. Idiosincrasia cuyo mestizaje con otras les lleva a tener como referente musical nada menos que a ese maravilloso exotismo llamado rumba catalana. Mezcolanza mediterránea de culturas que ha ido enriqueciendo su acervo hasta convertirlos en lo que son, un pueblo abierto y alegre.
«Irse» sólo significa eso: ser dueños de su propio destino y poder acertar o equivocarse, pero hacerlo ellos mismos, sin que lo hagan otros alegando quereres de demostrada falsedad histórica.

Por lo demás, no hay peor relación entre pueblos hermanos que la resultante de imposiciones territoriales forzosas, como tampoco la hay en el seno de una pareja cuando una de las partes subyuga a la otra. Creo sinceramente que la relación de las izquierdas internacionalistas no depende de yugos culturales y/o geográficos, sino de la voluntad de las clases explotadas de hacerlo. Y es que, sociolaboralmente hablando, uno puede ser absolutamente refractario a lo que sucede en la Comunidad o Autonomía de al lado, sin que necesariamente conformen un país distinto.

No se trata pues de fronteras inexpugnables, como intentan hacernos ver algunos (falsos) internacionalistas, sino de «fronteras» mentales que poco o nada tiene que ver con la confección del mapa circundante. De hecho y a modo de ejemplo extremo, a muchos soberanistas vascos de izquierdas no nos disuaden en absoluto los 10.000 kilómetros que nos alejan de Venezuela, ni son óbice como para no solidarizarnos con su lucha frente a las élites derechistas. Y desde luego, mucho menos los que nos separan de los campesinos andaluces del SAT, o de los murcianos y murcianas que intentan no ser «independizados» entre sí por las vías del TAV, por citar un par de ejemplos actuales.

Por último, a la buena gente del Estado que estos días tiene el valor (y hay que tener coraje para ello...) de concentrarse para apoyar al pueblo catalán en su lucha por la emancipación, decirles que Catalunya nunca se va a «ir» ni «separar» de ellos, como no se va ni se separa el hijo o hija que busca independizarse y vivir su propia vida fuera del domicilio paterno.

Catalunya, libre de la atadura actual, no va a ser ningún Parnaso ni panacea; la eterna lucha de clases seguirá vigente entre izquierda y derecha. Tendrán avances y retrocesos, errores y aciertos... Pero los tendrán ellos y ellas, sin barcos Piolines repletos de hipermusculados con porras y balas de goma que les griten eso de «a por ellos» o del «yo soy español, español...».
Y yo, como vasco soberanista, deseo lo mismo para mi pueblo y para todos los pueblos del mundo.

Gora munduko langileria!!

Recherche