Elias Anton Murgiondo

Nosotros a lo nuestro

Mucho ruido en torno a las cualidades democráticas de los grupos políticos que ponen en tela de juicio la «unidad territorial» del viejo imperio monárquico español y que defienden el derecho de autodeterminación como un ejercicio natural para la consecución de la libertad de las naciones sometidas y oprimidas a un régimen feudal que subsiste gracias a la imposición y las ataduras que sus leyes establecen con el sobrenombre constitucional que la metrópoli impone. La mayoría de los partidos políticos del arco hispano-francés hablan del pasado histórico de EH Bildu, como si ellos no tuviesen pasado, como si ellos no tuviesen responsabilidades en actos de crueldad e injusticia, como si sus ancestros y responsabilidades en materia penal no existieran, y todo ello cuando EH Bildu nace recientemente y comporta diversos grupos y partidos políticos que nada tienen que ver con la actividad armada ni con la política antidemocrática. Que sean el PP, PSOE, VOX y algún otro (os) quienes alcen la voz para condenar a la izquierda abertzale cuando sus armarios están llenos de muertes y torturas (franquismo, BVE, ATE, GAL, OAS...) tiene bemoles; saltan al ruedo metiendo ruido, acompañados de la mentira y la imposición, al solo objeto de manipular y adormecer a una clientela de por sí ya adormecida, la que del Ebro para abajo se empeña en comulgar con la ignorancia y con la incapacidad de distinguir quiénes son los culpables de su miseria y explotación. Resulta imposible de entender, desde el punto de vista de la lucha y composición de clase, que la gran mayoría obrera y campesina, esa mayoría dependiente y frágil, sea dominada y conducida cual rebaño hacia el barranco que controlan sus verdugos.

El próximo 23-J tenemos elecciones que tratan del control del estado monárquico español, donde nos hallamos una parte de los vascos (la otra está sometida a la república colonialista francesa) y donde ya hemos participado con anterioridad, por cierto, con éxito incuestionable, donde las actuaciones del grupo soberanista han aportado sus votos para lograr mejoras para la calidad de vida de la mayoría de los habitantes de la entelequia cafeteril («café para todos»). El hecho de haber participado con honestidad y determinación progresista, con una voluntad antifascista y solidaria con los sectores más oprimidos, sin duda, conlleva un plus de reconocimiento y de valor que inquieta sobremanera a quienes hasta la fecha consideraban que sus descalificaciones servían para demonizar y condenar a la izquierda abertzale y sus objetivos soberanistas. La realidad ha sido otra, pues se han roto las barreras y los votos se han desbordado, donde EH Bildu va en progresión constante y donde los partidos tradicionales sienten el suelo resbaladizo donde la caída resulta innegable y posible en el tiempo: el PRV está sintiendo el principio del fin de su hegemonía y ello le obliga a cometer errores que le castigarán a futuro, debido a sus pactos irresponsables con fuerzas políticas unionistas y fascistas, como son el PSOE, por un lado, y el PP por el otro. Todo ello al solo objeto de anular la hegemonía de EH Bildu donde ha ganado y ocupar los sillones de manera indecente (Gasteiz, Durango, Gipuzkoa-Diputación, Bastida...) y sin ningún tipo de escrúpulo; todo ello en un enfrentamiento directo desde una fuerza pretendidamente abertzale contra otra fuerza innegablemente soberanista por el pánico a perder las riendas del control de un tercio (CAV) del poder territorial de Euskal Herria. ¿Qué pretende el PRV al agredir de manera directa a EH Bildu aliándose con un PP que nace en el franquismo y que representa a los nostálgicos de la dictadura y a todas las marcas (Vox...) que pululan contra la Memoria Histórica y niegan el holocausto producto de la agresión que comenzó en el 36 con el apoyo de las fuerzas moras, el requeté-falangismo, y el nazismo alemán y el fascio italiano, donde las cunetas siguen abriéndose y donde tantas personas fueron masacradas y asesinadas?. ¿Tanto supone el pacto con España para mantener una autonomía que permita los chanchullos y reparto de prebendas a costa del erario público y de los impuestos de todos, también de los y las trabajadoras que habitamos esta tierra nuestra?. El tiempo será juez y pondrá a cada cual en su sitio, pues resulta inexorable y las frustraciones castigarán a quienes se han montado en el carrusel averiado: ¡Nosotros a lo nuestro!

Hay que comunicar, trasladar ilusión, trabajar el voto y creer en el futuro. Somos muchos y muchas y estamos orgullosas de pertenecer a este pueblo que aspira a la independencia y la libertad, sin menospreciar a nadie y sin agredir sus acciones, sean de sometimiento o de cobardía ante futuros gobiernos, sean de progreso y discrepantes de objetivos desanexionistas, porque el principio democrático funcionará a partir del respeto; queremos respeto para nosotros/as así como acompañar y respetar. Tenemos que seguir creciendo y parar esta ola de agresiones que se desarrollan a los cuatro vientos y aúnan al adversario y a los enemigos, pues ya falta menos para llegar a la meta y va a depender de seguir por la senda adecuada, donde las explicaciones resulten claras y entendibles, donde sepamos cuidar de nuestros pueblos y ancianos, donde combatamos el racismo y las discriminaciones de todo orden, donde los objetivos socialistas sean trabajados con dedicación absoluta, donde la autodeterminación de Euskal Herria siga siendo objetivo clave, donde la juventud encuentre la ilusión de luchar por su futuro con una formación digna y trabajo adecuado, donde las mujeres encuentren el reconocimiento y el respeto que se merecen en esta sociedad desigual e injusta, donde la naturaleza sea respetada y la lucha contra el cambio climático resulte eficaz y contundente, en fin, donde nuestros deseos y sueños se hagan realidad.

El próximo 23 de julio nadie debe quedarse sin votar y todo aquel o aquella que se sientan parte de este pueblo y desee la independencia debe hacerlo por EH Bildu, ya que resulta la única fuerza soberanista que hace lo que promete y cumple con un trabajo predeterminado en defensa de lo público en todas sus vertientes, lejos de las privatizaciones y las prácticas corruptas que los partidos tradicionales acostumbran a desarrollar en detrimento de las clases sociales más depauperadas.

Por todo ello nosotros a lo nuestro, a votar a EH Bildu, porque les duele y porque gana el pueblo. Gora herria!

Euskal preso politiko eta iheslariak etxera!

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