Joxean Urkiola y Carlos Ruiz
Miembros del Área de Pensionistas de LAB

Nueva campaña del miedo sobre pensiones

Este fin de año hemos podido ver una campaña del miedo. Los últimos meses estamos comprobando como desde los gobiernos, las entidades financieras y los medios de comunicación quieren hacer creer a la ciudadanía que las pensiones no van a llegar o, si lo hacen, serán aun más bajas y no posibilitaran llevar una vida digna.

Basándose en esta estrategia comunicativa las entidades financieras han lanzado otra vez sus campañas para «vender» fondos de pensiones y conseguir que la ciudadanía invierta su dinero en los fondos privados de pensiones que controlan. «Venden» que además pagaran menos impuestos en la declaración de la renta al conseguir una «desgravación fiscal» mientras, eso si, las entidades financieras siguen aumentando también sus beneficios gracias a las comisiones que cobran por estos servicios.

Por otra parte la ministra del Gobierno Español Fátima Báñez, anunció hace unos días una batería de medidas en materia de empleo y protección social entre la cuales se encuentra la creación de un fondo de capitalización para las y los trabajadores. Esta medida, conocida como «mochila austriaca» es una vieja conocida; en anteriores ocasiones, ha sido propuesta por el PSOE, por Ciudadanos, e incluso por algunas entidades financieras. Uno de los efectos de esta medida anunciada es imponer de facto a todos y todas las trabajadoras, un sistema complementario de pensiones.

Esas campañas mediáticas tienen como objetivo vender la privatización de las pensiones sin explicar las consecuencias. Las entidades financieras no informan que estos fondos de pensiones tienen bajas rentabilidades, ni tampoco hablan sobre las comisiones que te van a cobrar, los «gastos» que cobran las gestoras de dichos fondos y de las dificultades para recuperarlos si los necesitas antes de la fecha de tu jubilación.

La inversión en fondos de pensiones privados es, además, cuestión que solo se pueden permitir quienes tienen sueldos importantes. Es muy difícil que alguien que cobra por debajo de mil euros al mes o quienes tienen dificultades para llegar a fin de mes puedan destinar parte de su nomina a «ahorrar» en fondos que no van a poder percibir hasta su jubilación. Quienes si lo pueden hacer son quienes tienen nominas elevadas, quienes además no cotizan a las arcas publicas por todo lo que perciben al estar «topados». El hecho de que los «topes» máximos hayan sido incrementados recientemente solo un 3%, menor cuantía que los topes mínimos, demuestran que los Gobiernos quieren seguir ayudando a los que más cobran.

Es evidente que algunos partidos políticos hacen una apuesta clara por ayudar a quienes más tienen, por hacer una política fiscal que ayude a los más ricos y no por una fiscalidad progresiva, solidaria y redistributiva. Por eso tampoco extraña que mientras a los fondos de pensiones privados les dan incentivos fiscales esos mismos partidos se oponen a unas pensiones mínimas que garanticen, como lo establece la Carta Social Europea, una vida digna. O que intenten imponer un sistema complementario de pensiones.

Ante estos ataques las pensiones son y deben seguir siendo garantizadas por las instituciones publicas, ahora y en el futuro. Son fruto del trabajo, de nuestras cotizaciones durante largos años de vida laboral y no hay excusa para no garantizarlas. Eso si, cuando son amenazadas como esta ocurriendo desde diferentes frentes, lo que el conjunto de la ciudadanía debe hacer es defenderlas y luchar para que sean garantizadas sin recortes.

En Euskal Herria hay una demanda amplia, secundada por 71.724 firmas que se entregaron en el parlamento de Gasteiz y otros 7.306 más que se han recogido en Nafarroa, que reclaman 1.080€ de Pensión Mínima Digna y la creación de un Sistema propio de Protección y Seguridad Social que las garanticen. Que PNV-PP-PSOE no hayan apoyado esta iniciativa demuestra que están más preocupados por seguir ayudando a los de siempre, los ricos, y que les importan poco ese 25% de la población pensionista que, en su mayoría, cobran por debajo de esos 1.080€.

Por todo ello, quienes, como LAB exigimos soberanía para vivir mejor creemos necesario que se aborde, con urgencia, un debate sobre como garantizar el futuro de las pensiones en Euskal Herria y como lo vamos a hacer realidad. Mientras sigamos dependiendo de las decisiones políticas del Estado no vamos a conseguir solucionar el fondo del problema.

No es cuestión de dinero, dinero hay como ha quedado demostrado con las ayudas al rescate a la banca y las ayudas fiscales a los fondos privados, lo importante es abordar ya como hacemos posible en Euskal Herria que las pensiones sean dignas y garantizadas ahora y en el futuro a través de un sistema publico de protección y seguridad social.

Mientras tanto desmontemos las «trampas» de los Fondos de Pensiones Privados que no esconden más que oscuros intereses privados y ayudas para que «los de siempre» se sigan forrando y dejen de ingresar en las arcas publicas todo lo que les corresponde.

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