Iván Giménez, Jon Apalategi Lasa
ELA-Gizalan, ELA-Atención Primaria

Otro salvavidas de CCOO, UGT y Cía. a Vera-Barcina

El clamor es generalizado: ‘Una reforma horrorosa’. Y lo dicen los afectados, médicos, enfermeras y resto de personal de Atención Primaria y urgencias rurales. Los sindicatos, que están ahí para representar a este colectivo, no pueden tener otra obligación que trasladar ese malestar y convertir esa oposición del personal en un calendario efectivo de movilizaciones encaminadas a dejar sin efecto el último desaguisado de la consejera Marta Vera. Y este escrito podría terminar aquí. No hay mucho más que decir.

A partir de aquí, cualquier cosa que se pueda decir es tan obvia como el objetivo del Gobierno de Barcina en Osasunbidea: recortar personal para ahorrar recursos para reducir servicios para ofrecer menos prestaciones para alargar listas de espera para derivar pacientes a la sanidad privada... Y vuelta a recortar personal para ahorrar para... Y lo que es de todos (sanidad pública) adelgazando, y lo que es de unos pocos (la privada) engordando a cuenta de la crisis, de la miseria de la mayoría...

En ese contexto hay que situar el apoyo explícito de CCOO, UGT, Afapna y Satse a la última maniobra del Gobierno de Barcina, en este caso en Atención Primaria. A punto de sonar la campana para presentar en el Parlamento una reforma que sustituya a la derogada hace justo un año, estos sindicatos dan, con su firma, un precioso balón de oxígeno a Marta Vera. Solo la media docena de altos cargos puestos a dedo en Osasunbidea (de ahí para abajo tiene a todo el mundo en contra, incluidos los ayuntamientos afectados) y estos cuatro sindicatos apoyan las decisiones de una consejera abandonada ya a su suerte hasta por quienes la sostenían contra viento y marea (en el Gobierno, en medios de comunicación afines, etcétera).

En medio de la tormenta perfecta que se abate sobre Marta Vera, aparecen estas cuatro organizaciones con un paraguas tan endeble que no llega a cubrirlos a todos: solo representan al 45% de la plantilla de Osasunbidea. Con tan exiguo apoyo Barcina va a presentar en el Parlamento esta seudo-reforma de la Atención Continuada y Urgente rural, como un éxito de su Gobierno.

Una reforma que rompe el acuerdo del 2008, firmado por todos los sindicatos. A cambio de imponer jornadas de 12 horas seguidas a unos (profesionales de los equipos de cabecera); obligar a la movilidad y a hacer más jornadas a otros (personal de urgencias); ocultar posibles cierres de urgencias urbanas; abrir la vía a contratos a media jornada; y, en general, empeorar las condiciones laborales, Salud dice que va a dotar la Atención Primaria con 12 profesionales más... trabajando al 50% y sin convocar oposiciones, es decir, moviendo al personal una vez más.

No hay peor justificación que criticar la reforma, pero a la vez apoyarla «por responsabilidad». En todo caso, será por responsabilidad compartida con el Gobierno de UPN, responsabilidad que nunca debe asumir un sindicato. Pero UGT, CCOO y Afapna ya la asumieron al firmar el acuerdo de los ‘minijobs’ (a cambio de algunos permisos sin sueldo), y la Atención Primaria no ha sido más que otro salvavidas para el tándem Vera-Barcina.

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