Iñaki Uriarte
Arquitecto

PNV: candidatos malhechores

Malhechor, el que hace mal las cosas. Ante estas elecciones municipales y forales, en realidad provincialistas acérrimas, ya se han conocido candidaturas para las diferentes instituciones. Las personas que estamos atentas, informadas e interesadas en las cuestiones de incidencia pública a lo largo de las legislaturas no nos dejamos engañar por las campañas de intoxicación electoral y todo el ruido anexo.

Entre tantos personajes impresentables que concurren, tantos en busca de un salario seguro, para muchos y por diversas causas de cercanía o preocupación profesional resultan ofensivos y constituyen un insolente insulto al electorado. Llama la atención en los candidatos vascos, los españoles, españolistas y sucursalistas ya están de antemano descalificados por su hostil ideología, se confunden de país. Son por tanto al menos cuatro personajes del PNV más español de la historia y tan propenso a la corrupción, no es de extrañar su entusiasmo por el TAV, a los que el partido tiene la desfachatez de presentar. Dos en Bizkaia y otros dos en Gipuzkoa.

En Gipuzkoa Markel Olano, ex «Diputatu Nagusia» y su compadre Eneko Goia, «Bide Azpiegituretako diputatu» (Infraestructuras viarias) junto con otros imprescindibles cómplices han saqueado del dinero público, lo de presunción es un vocablo protocolario, retórico, nada menos que 900 millones de euros a través de Bidegi. Entre ellos la estafa de los túneles de la AP-1, que figurativamente remite a la leyenda de la cueva de ladrones. Que estos individuos aparezcan en público amparados por la juntera y portavoz del PNV Eider Mendoza que actúa de encubridora con banales argumentos, es ética y socialmente repugnante. Su lugar es permanecer en la sombra. El partido en el territorio ataca por los cubos de basura pero hay otra zarama otra muchísimo más pestilente, sucia y denigrante, el reciclaje con retorno del dinero.

En Bizkaia aparecen entre otros muchos dos lamentables políticos. Ibone Bengoetxea máxima responsable por inhibición como responsable de Área de Circulación del Ayuntamiento de Bilbao del atropello mortal de los hermanos Aitor y Oihane Aginako en el paso de peatones de Basurto (2006/01/03). El partido premió su negligencia en la siguiente legislatura y hasta la actualidad con la concejalía de Cultura donde su ineficacia ha alcanzado un grado escandaloso, denigrante. Su máxima prioridad han sido las torturas y matanzas de toros.

El otro es Ricardo Barkala culpable directo del despilfarro, y quizá alguna cosa más, cuando fue concejal y se implicó en 2005 en las malditas World Series que ocasionaron una ruina de 12 millones de euro al Ayuntamiento. Esta acción socialmente se califica como malversación de dinero público. Asimismo, es el responsable en su época de concejal de Urbanismo de entregarse a los intereses del influyente y antisocial gremio de hostelería regalándoles el espacio público para su expansión llegando a la insoportable degeneración actual. Su nefasta gestión ha creado dos neologismos: «Urbarizar», urbanizar al servicio de los bares, tabernas y similares y «Barkarizar», como mérito personal en la alcoholización de la calle, es decir el pijobotellón, ejemplar pose de exhibicionismo consumista del que no interesa hablar.
 
La madurez de un pueblo se mide también por su capacidad de reacción ante quienes le atacan desde dentro y con formas diversas. En Euskal Herria no podemos admitir sujetos de esta calaña en cargos públicos. Deberían estar inhabilitados a perpetuidad.

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