Juan Carlos Poderoso
Plataforma AP-8 Peajerik Ez

Por el rescate social de la AP-8, Super Sur y los túneles de Artxanda

El PNV utiliza Interbiak, el organismo foral que gestiona las autopistas de peaje, como su particular Lanbide  en especial en la Super Sur, destino usado para colocar a su fiel militancia del Gran Bilbao y las Encartaciones.

Para la Plataforma AP-8 Peajerik Ez, la política de infraestructuras de Bizkaia solo obedece al ciego afán recaudatorio de la Diputación Foral y supone un sobreimpuesto al conjunto de la ciudadanía bizkaina ya que no cumple con la función social para la que fueron construidas.

La autopista AP-8 en su tramo bizkaino discurre entre Ermua y Usansolo lleva 49 largos años sujeta a peaje, dándose la inexplicable circunstancia que hace 18 años ya terminó su concesión legal, siendo entregada a coste cero a la Diputación Foral de Bizkaia. En aquel momento, el entonces diputado general, el Sr. José Luis Bilbao, nos comunicó que se mantendría el peaje sólo para construir el tercer carril, obra que se sufragó ampliamente con la recaudación de los dos primeros años. Finalizado el tercer carril, el Sr. Bilbao, se olvidó de su palabra de vasco, si alguna vez la tuvo, y continuó cobrando peaje.

La Super Sur fue desde su proyecto inicial una auténtica bilbainada del referido Sr. Bilbao, que pensó, ufano él, qué haciendo una autopistas de pago paralela a la gratuita A-8, ésta se descongestionaría por el trasvase de gran parte de bilbaínos y bilbaínas dispuestos a pagar por la nueva vía. Craso error, pues a día de hoy y pese a los incentivos para incrementar su uso (el precio, teniendo el mismo kilometraje que la AP-8, es la mitad que está durante el día, gratuita a las noches y los fines de semana a estado a la mitad de su ya de por sí bajo precio, y la señalización es engañosamente unidireccional) tiene una bajísima utilización, muy lejos de los números que nos hicieron creer para justificar que nuestro dinero pasará de las arcas públicas a los bolsillos de constructoras amigas.

Los túneles de Artxanda tienen el vergonzoso honor de ser la primera infraestructura rescatada por el Estado por mor de la Responsabilidad Patrimonial Administrativa. Tuvo lugar en el año 2004 cuando la concesionaria, ante los pobres beneficios que le reportaba, pidió a “Papá Diputación” su rescate. Exigió 70 millones de euros que hubo que sacar de la caja común de todos los vizcaínos y vizcaínas, pasando el fiasco a la red viaria de Bizkaia, realizando la operación un tanto a escondidas del gran público para evitar que los y las contribuyentes se enteraran de este cambalache.

Cómo resultado en la actualidad tenemos: la autopista AP-8 con un tráfico de 31.000 vehículos diarios para 3 carriles por sentido, frente a los 26.000 vehículos diarios (muchos de ellos camiones) de la carretera N-634, que con tan solo un carril por sentido, constituye la única alternativa que oferta la Diputación a quienes se niegan a pasar por caja.

El Diputado de Infraestructuras, Sr. Pradales no consigue que el conjunto de quienes vivimos al este del herrialde para nuestros desplazamientos hacia Bilbao pasemos por su caja. Y todo, pese a aplicar una intencionada política de dejación de responsabilidades en la tercermundista carretera N-634.

La Super Sur supuso un descomunal gasto para las arcas públicas, amén de un fuerte impacto ecológico para el entorno por donde discurre. Gastos que denunciamos como un injustificable derroche, vista su escasa repercusión en el abultado tráfico de la autopista A-8. Tal fue el desaguisado, que su mentor y artífice, el anterior situado general,  Sr. Bilbao, al finalizar su mandato, y rechazando ofertas más rentables, se vio en la necesidad de buscar cobijo en la Presidencia del Tribunal Vasco de Cuentas de la Comunidad Autónoma, para así evitar que la obligada fiscalización de esta faraónica obra manchara su currículum político. Cosa que, a buen seguro, hubiera hecho un tribunal independiente desprovisto de su componenda política, investigando ese gasto que se ha demostrado a todas luces no responder al fin que pretendía. Pese a ello la Diputación sigue adelante con los faroles prolongando la Super Sur y aumentando los destrozos que ello conlleva para el espacio natural de Bolintxu.

Los túneles de Artxanda, ya amortizados económicamente con la caja común en 2004, responden al mismo patrón que la AP-8 y la Super Sur, y por lo tanto cumplirían su función social libres de peajes. Pues quienes los utilizan y quienes no, ya los pagan cada vez que acuden a su gasolinera dejando en ella la mitad de su factura como impuesto específico de carburantes, lo que solo pagan quienes utilizan el conjunto de las infraestructuras de Bizkaia.

El PNV utiliza Interbiak, el organismo foral que gestiona las autopistas de peaje, como su particular Lanbide  en especial en la Super Sur, destino usado para colocar a su fiel militancia del Gran Bilbao y las Encartaciones. Cómo botón de muestra señalar al Sr. Andoni Ortuzar, en la actualidad máximo burukide del partido, que colocó a su ahora ex mujer como cobradora de cabina en la Super Sur. Pero como su ex no disponía de carnet de conducir, ni coche para desplazarse a su puesto de trabajo, en el mismo lote enchufó también a una amiga de ella, perfectamente motorizada, para de esa forma asegurarle sus desplazamientos laborales.

Creemos que vizcaínos y vizcaínas nos merecemos una nueva política de movilidad que responda a criterios de seguridad, eficiencia y sostenibilidad, orientados a favorecer el desarrollo económico de este herrialde, en vez de seguir empeñados con la actual estrategia de la Diputación Foral de Bizkaia, que solo está interesada en esquilmar a la ciudadanía vía peajes, aunque con ellos destroce el desarrollo económico del Duranguesado, Lea Artibai y Ermua.

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