Koldo Amatria Zudaire

Recordando... Los Caídos sigue en pie

Ha pasado el verano y con él hemos consumido unos cuantos días más del mandato de este Ayuntamiento de «progreso». El tiempo fluye y cuanto más lo hace, menos tiempo nos queda, lógicamente, hasta la finalización del mismo y tengamos nuevas elecciones municipales.

¿A cuento de qué viene esta perogrullada? A cuento de que va pasando el tiempo y no vemos en nuestras autoridades municipales, al menos de cara a la calle, ningún movimiento en cuanto al tema del Monumento «Navarra a sus Muertos en la Cruzada» o Monumento a los Caídos que tan en primera línea estuvo durante el primer semestre de este año y que parece que con los sanfermines, las vacaciones, las fiestas de los pueblos, etc., parece que ha pasado a un segundo plano.

Y el destino de ese mamotreto sigue sin aclararse. Se va atrasando su destino. Y son años de retraso. Años de retraso acumulados, por unas circunstancias u otras y, aparentemente, sin una inmediata solución.

Estamos en octubre y la oleada de actos organizada por las 31 Asociaciones unidas por el Derribo del citado monumento durante la primavera pasada parece, o así al menos da la sensación, que han caído en saco roto. El silencio de la administración ha sido total, salvo alguna opinión en el sentido de echar balones fuera, o marear la perdiz, y no comprometerse.

Como dicen en francés: «Laisse faire... laisse passer», deja hacer... deja pasar, De poco ha servido, parece, el Manifiesto preparado por estas Asociaciones argumentando de mil formas distintas la necesidad del derribo del segundo mayor monumento al fascismo que queda en el estado; ni la recogida de firmas de apoyo a este Manifiesto de otros grupos sociales en Nafarroa (sindicatos, peñas, etc). y cientos de personas a nivel personal; ni las distintas movilizaciones realizadas, como la presentación pública del Manifiesto en el mismo monumento o la marcha ciudadana por distintos lugares de memoria en Iruñea; ni la lectura pública, por primera vez en la historia, de la totalidad de los nombres de los fusilados en nuestra comunidad; ni la cantidad de artículos de opinión o cartas al director, publicados en la prensa dando su apoyo al derribo...

Lo repito: de poco ha servido todo esto, o eso al menos parece.

Pero hay que seguir insistiendo en el empeño. Se tiene que seguir oyendo la voz que exige el derribo, pues las razones que se argumentaban antes del verano, son las mismas razones. Y hay que seguir insistiendo: ese insultante monumento sigue en pie y sigue recordando y haciendo honor, pues con tales fines fue erigido, al fascismo que tanto dolor trajo a esta tierra. Y hay que exigir su demolición.

Ya que por limpieza democrática, y, además, porque así lo exige la Ley de memoria histórica, debe de ser derribado.

Y que cada día que pasa es un día más de homenaje a los fascistas que trajeron a esta tierra décadas de represión y negación de cualquier derecho o libertad.

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