Elías Anton Murgiondo

Regionalismo vasco

Tanto la Sanidad como la Educación son parte imprescindible del bienestar presente y futuro de nuestro pueblo, por ello resulta necesario descabalgar a tanto mercader oportunista que sigue empeñándose en la cohabitación con el unionismo desde su comodidad regional.

Existe un claro actuar por parte del partido jeltzale de enfrentamiento contra la izquierda abertzale que denota una fobia inmadura y claramente agresiva, cuestión que tiene sus razonamientos en la agudización de las contradicciones condicionadas por la lucha de clases. El partido jeltzale es de derechas y regionalista y no le importa pactar con la metrópoli (sea con la derecha fascista o con la «izquierda» socialdemócrata, depende de la coyuntura), al solo objeto de lograr el control político-administrativo de la CAV. La izquierda abertzale es soberanista y resulta la otra cara del espejo frente a las milongas edulcoradas que el jeltzalismo acostumbra a ofertar en sus reuniones anuales para celebrar el Aberri Eguna en las campas de Salburua.

Sentirse cómodo en España y seguir pidiendo competencias (40 años) no transferidas, resulta el juego malabar que trasmiten desde sus posiciones de derechas, donde los casos de corrupción y alineamiento con el capital y los poderes fácticos resultan moneda corriente y cotidiana, al solo objeto de adormecer a sus abducidos y utilizar los medios bajo su control para desvirtuar la realidad. Es típico de la lucha de clases, donde el enfrentamiento entre quienes sufren el acoso implacable del capital y quienes detentan el control de los medios de producción resulta una realidad cotidiana. Las contradicciones se agudizan y la defensa de los intereses peligra, es por ello que el regionalismo jeltzale se lanza contra la segunda fuerza política de Euskal Herria, es decir, contra EH Bildu.

La dirigencia jeltzale, utilizando al lenguaraz Ortuzar, no pierde ocasión para entrometerse con el quehacer político de los soberanistas, dejando a un lado «pequeñas» cosas como Osakidetza y sus conflictos, como dejó Zaldibar, Alonsotegi, Bakio, De Miguel, etc. Tampoco nos habla del Opus Dei, donde encuentran refugio y recalan varios personajes del partido... Pero es en la Sanidad donde andan revolviendo y para ello poseen un escudo protector que les garantiza la necesaria puerta giratoria para continuar la carrera privatizadora y el status mercenario de sus fieles adeptos.

Keralty tiene los brazos abiertos para recibir a personas que ya fueron despedidas como Jon Darpón o Fátima Ansotegi, grupo donde el exvicelehendakari Jon Azua ejerce como director de Estrategia y donde el mayor inversionista resulta el alavés Joseba Grajales (una de las 100 personas más ricas de España según la lista Forbes). Keralty es una empresa de inversión en sanidad privada que opera tanto en EH, como en España, Sud América, EEUU y varios países de Europa, donde el PNV tiene puestas sus ideas de confluencia y donde reparte cuantiosas cantidades de dinero público (Archivado en: "PNV, País Vasco, Sanidad Privada, Salud", "El Salto", Ahoztar Zelaieta y Luis Miguel Barcenilla). No puede resultar extraño, por tanto, que el partido jeltzale tire constantemente balones fuera en lo que se refiere a sus diatribas contra el soberanismo abertzale, al objeto de disimular su quehacer regionalista y su abandono de los objetivos nacionales. Es consciente de que EH Bildu crece y lo hace porque sus objetivos políticos concuerdan con las necesidades objetivas de la población vasca de los seis herrialdes. La izquierda soberanista cree en EH y labora, tanto por la unidad territorial, como por los principios de igualdad y libertad, bases de un necesario entendimiento para avanzar hacia unos objetivos largamente deseados por la población vasca (incluida buena parte de los votantes actuales del PRV). Todo ello pone nervioso a Urkullu, Ortuzar y demás dirigencia, pues ante el buen gobierno de los abertzales (no existe la corrupción y sí la consulta previa antes de decidir) los pueblos y las ciudades, cada vez más, eligen representantes valientes, mujeres y hombres que son ejemplo de lucha y comunicación. Ante esta deriva se impone lo nuevo y la cantinela viejuna tiende a morir, sobre todo al comprobar las alianzas unionistas que el PRV acostumbra a cargar en su mochila y que cada vez más se alejan de la soberanía y la libertad. El empecinamiento con la Sanidad pública raya con el despotismo y la imposición, donde los y las sanitarias deben ser escuchados y partícipes imprescindibles para la actualización y renovación del sistema, pues son ellos y ellas quienes de verdad entienden el funcionamiento de su trabajo. No es admisible el hecho que se pretenda imponer un modelo que viene dictado desde una idea privatizadora y perjudicial para la mayoría de la población, al solo objeto de imponer un modelo vertical que destruya lo público en beneficio de intereses bastardos y crematísticos. ¡Ya os vale...!

No es de recibo que la consejera Sagardoi y el propio Urkullu se empecinen en no responder con claridad a las preguntas de la oposición en el Parlamento de Gasteiz, que ignoren a los y las sanitarias en sus peticiones de diálogo, en no responder a las comunicaciones escritas que ellas envían, en las destituciones arbitrarias por no consensuar políticamente con el jeltzalismo (y eso que somos un país laico...), es decir, el tufo a imposición resulta difícil de soportar y no puede extrañar que la gente termine hartándose. Tanto la Sanidad como la Educación son parte imprescindible del bienestar presente y futuro de nuestro pueblo, por ello resulta necesario descabalgar a tanto mercader oportunista que sigue empeñándose en la cohabitación con el unionismo desde su comodidad regional.

¡El futuro es nuestro! Gora herria!

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