La identidad forma parte de la propia esencia humana por mucho que les pese a los cosmopolitas, globalizadores, depredadores y contaminadores del planeta. Ellos también tienen la suya que nos es otra, que los 8.000 millones de habitantes de la tierra, circulen a su antojo cuando quieran y como quieran, y si les viene a gusto de ir de prostitutas un fin de semana a miles de kilómetros, están en su perfecto derecho, como ir a presenciar cualquier circo deportivo de cochecitos, o motos, dando vueltas. Aún no se han enterado que este modelo de civilización es insostenible respecto a la preservación de vida humana y no humana, pero ellos son tan listos que obvian este pequeño detalle. La identidad europea, es tan tramposa como cualquier otra, la corona de espinas comunitaria simboliza el cristianismo irredento.

Ahora se ha añadido otro adjetivo a los votantes del Brexit, por parte de un periodista, especializado en Mandela, que se ha incorporado como colaborador en los medios públicos de comunicación del Principat, que son unos furibundos entusiastas del club de estados, he podido escuchar por parte del periodista que los favorables de la salida de la institución son unas «malas personas», y no solo esto, sino que los ciudadanos entienden más de fútbol, que de política. Este mismo señor hace muy pocos días afirmaba que era amigo del presidente del Barcelona F.C., y no entendía las críticas contra este presidente, tan pulcro él, con el movimiento indecente de dinero de los fichajes. Como este periodista es tan culto y conocedor del feminismo negro, debe saber a la perfección que Patricia Hill Collins, refiriéndose a las mujeres negras pobres, escribió en su día, que los más oprimidos son los que poseen la visión más clara de las estructuras sociales y de su propia posición en el seno de las relaciones de dominación.

Esto también es extensible a los progres cosmopolitas, tan duros en entendederas respecto a los votos equivocados. La diferencia entre unos y otros, es que los ingleses, si creen en su propia identidad, y no como la del Principat, que no es otra que regodearse de sus derrotas, y lloriquear hacia los malvados colonizadores, y la injusticia de tener unos presos, que no hicieron lo que se comprometieron y dejaron tirada a la masa que sí quería, y quiere su libertad. Las clasificaciones, como todas son discutibles, desde la mirada de la geografía, Europa es un apéndice de Asia, como la clasificación biológica mujer-hombre, que no cubre las expectativas de nuestro siglo. Dejar una institución política, es solo esto y nada más. El continente continúa donde estaba.

Esta prepotencia de confundir un club de estados reaccionarios, con un continente, es una falacia de indocumentados. Los ingleses, creen en sus propias posibilidades y lo han demostrado siempre, les importa un carajo si los escoceses se quieren marchar del Reino Unido, porque no los necesitan para nada, porque son demócratas y reconocen a otras identidades, no como otros. La construcción del devenir histórico, demuestra que hay dos posibilidades: practicar y construir el futuro con tu fortaleza, o esperar que te caiga el maná, o la caridad de los otros, que es la concepción de la UE. Con esta mentalidad, está condenada al fracaso.