Ilya Matveev
Investigador centrado en la economía política rusa

Rusia-Ucrania: ¿quién perdió estratégicamente?

Desde las discusiones iniciales en Occidente sobre el despliegue de sistemas de misiles en Polonia y Rumania, el Kremlin ha insistido en que los estadounidenses inevitablemente situarían misiles Tomahawk allí. Estos misiles, afirmaron, podrían ser lanzados desde las mismas instalaciones que otros sistemas de misiles, dirigidos contra Rusia. En vísperas de la invasión de Ucrania, los estadounidenses ofrecieron a Rusia la oportunidad de inspeccionar sus bases en Polonia y Rumania (a cambio de una inspección de la base rusa en Kaliningrado) para verificar que los tomahawks no estaban presentes. En cambio, la decisión estratégica del Kremlin fue iniciar la guerra.

A medida que transcurrió 2024, Alemania ha acordado albergar tres tipos de misiles en su territorio, incluidos los infames Tomahawks y el nuevo “Águila oscura” supersónico, que tiene un alcance de 3.000 kilómetros, llegando a todas las regiones de Rusia central. Además, Francia, Italia, Finlandia, los Países Bajos, Dinamarca y Polonia están desarrollando sus propios misiles de rango medio o comprando misiles estadounidenses.

Se plantean dos puntos clave: 1. El regreso masivo de misiles de rango medio a Europa es una consecuencia directa de la invasión rusa de Ucrania. Sin la invasión, no habría misiles. 2. Los misiles habrían regresado a Europa incluso si Rusia hubiera capturado Kiev en tres días. La invasión, independientemente de su éxito, habría iniciado una nueva Guerra Fría; simplemente no había otras opciones.

En otras palabras: la OTAN está estableciendo logística para el rápido despliegue de 300.000 soldados en las fronteras rusas; el gasto en defensa de los países europeos de la OTAN en 2024 ha aumentado a 380.000 millones de dólares, alcanzando finalmente el nivel del 2% del PIB que Estados Unidos ha defendido durante mucho tiempo; la militarización europea está en pleno apogeo, con gastos adicionales de defensa proyectados de 2022 a 2028 de 700-800.000 millones de dólares en comparación con los niveles anteriores a la guerra, y Suecia y Finlandia se han unido a la OTAN, convirtiendo el Mar Báltico en una nueva frontera militar.

Todo esto era inevitable, independientemente del resultado de la invasión de Ucrania. Iniciar la invasión fue un error estratégico. ¿Por qué Rusia participaría en una nueva Guerra Fría cuando su PIB, junto con sus aliados (Bielorrusia, Corea del Norte y Siria), constituye alrededor del 3% de la economía mundial, en comparación con el 10% del antiguo bloque soviético? ¿Con qué contamos?

La guerra en Ucrania es una derrota estratégica para Rusia, y no importa cuánta presión Putin siga ejerciendo, enviando a más ciudadanos rusos al conflicto, este hecho no cambiará.

©Sinpermiso
©Traducción de Enrique García

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