Iñaki Uriarte
Arquitecto

Sabino Arana Sariak, Jordi Pujol

Este último domingo de enero en Arriaga Antzokia de Bilbao se hará entrega por Sabino Arana Fundazioa en su vigésimo sexta edición de los galardones que anualmente concede a diferentes personalidades y entidades vinculadas por razones diversas a Euskal Herria, Sabino Arana Sariak, nominación que no requiere ningún bilingüismo tratándose de una entidad y materia de raíz socio cultural.

Es preciso recordar que en su decimo séptima proclamación, el 19 de enero de 2006 tal distinción en forma de moneda de oro macizo de 50 mm. de diámetro con la imagen del patriota Sabino Arana basada en una creación del escultor catalán Juan Puigdollers y realizada por una joyería de Bilbao, fue concedida al entonces President de la Generalitat de Catalunya Jordi Pujol i Soley, para «premiar su compromiso, la defensa de los valores de tolerancia y la búsqueda de la libertad y democracia que siempre ha defendido».

Pero el tiempo y su hermana la historia han cambiado. El personaje de aspecto y modos bonachones ocultando una actitud delictiva con apropiación y evasión de dinero ha traicionado a todos los que creyeron en él.

En su propio país ha sido respondido con fulminantes determinaciones. Le ha sido retirado el tratamiento de Molt Honorable, suprimido el despacho, empleado, coche y la generosa pensión vitalicia de 82.000 euros al año que tení. Por petición previa ha devuelto, la Medalla d´Or de la Ciutat de Barcelona, máxima distinción otorgada en el año olímpico 1992 y también por el mismo procedimiento el idéntico reconocimiento de Tarragona (2003) y en Premiá de Dalt su monumento (2011) en modo de escultura ha sido derribado del pedestal, inigualable imagen figurativa de una realidad, Aun falta que Unesco le solicite la medalla que le entregó en su día. Ha perdido casi todo menos el botín.

De la misma manera para preservar el prestigio y honor de Sabino Arana Sariak es preciso revocar el galardón entonces concedido y en consecuencia devolver el objeto que lo materializa lo más pronto posible. Es sospechosamente sorprendente la incomprensible inhibición de esta institución a no ser que tenga otra lectura más profunda interpretable como de solidaridad o tolerancia con los repudiables hechos cometidos.

No se puede olvidar que Pujol no tuvo simpatías por el abertzalismo y Euskal Herria, solamente acudió en una ocasión a Bilbao en 1978 para visitar Carlos Garaikoetxea, presidía entonces el Euskadi Buru Batzar del PNV, enemigo histórico como CIU de la izquierda abertzale en todas sus diferentes denominaciones. Debe recordarse con especial dolor para el pueblo vasco su repugnante posicionamiento y baja catadura cuando se solidarizó con Barrionuevo y otros criminales del GAL tras su condena.

Independencia y dependencia

Esta consideración sobre Pujol está y debe estar totalmente al margen del admirable proceso del pueblo catalán por liberarse de España y poder proclamar en su parlamento legítima y legalmente la independencia constituyéndose como un nuevo estado europeo. Por ello precisamente se arremete desde el Gobierno español con todos los medio posibles, incluso sucios, para confundir y contrarrestar. Y ese miedo interior hace que el lehendakari Urkullu sea incapaz de pronunciar tres veces seguidas en un discurso, si es que cree en ello, la palabra Independentzia. Concepto y anhelo utilizado solo en fugaces instantes de éxtasis populista, Aberri Eguna, Alderdi Eguna. Existe pánico y se refleja cada día más en la permanente ambigüedad del PNV, no sea que se empiecen a destapar, que sucederá, el día que dicho Gobierno, el Servicio de Información de la Guardia Civil (SIGC) y sus estructuras comunicativas como ‘El Mundo’ relaten lo que tantos intuimos. La implicación del partido en numerosos y cuantiosos casos de más que presunta corrupción.

Un par de ejemplos muy significativos que no conviene olvidar. Euskalduna Jauregia de Bilbao inaugurado en 1999 con un coste previsto de 13.421 millones de pesetas se incrementó en 4.304 que se atribuyó, con sospechosa aceptación a “elementos incorporados que añaden valor y superficie construida”. En las obras iníciales del Metro Bilbao, inaugurado en 1995, hubo un 9,5 % más de lo presupuestado por el Consorcio de Transportes de Bizkaia. En las excavaciones se hizo una baja de 7.868 millones de pesetas y el coste final creció en 18.580 millones, un 37 % más de lo adjudicado. El edificio de la sede, en la calle Navarra costó un 52 % más de lo presupuestado. Con esta metodología tan peculiar no es extraño que se desease por el PNV y su aliado PSOE construir un absurdo y antinatural puerto exterior en Pasaia y conocido el antecedente del fraude de Bidegi en Gipuzkoa en la anterior legislatura es previsible que el TAV sea un proyecto pensado para continuar en este rentable, sigiloso y veloz viaje por la rapiña.

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