Elias Anton Murgiondo

Salir del laberinto

Todo tiene una interrelación e influye de manera importante a la hora de exigir nuestros derechos, cuestión que tiene su solución en los encuentros necesarios a pie local, donde deberemos ponernos de acuerdo para romper las ataduras con el neofranquismo que todavía vive en el unionismo que nos domina.

Las circunstancias políticas que concurren negativamente sobre la nación vasca vienen de lejos y quienes tienen la responsabilidad para el desarrollo democrático del futuro laboran por mantener a Euskal Herria dentro de un frondoso y oscuro laberinto. Hay una interrelación abusiva entre las diferentes fuerzas imperialistas que influyen en el control y dominación de los pueblos y naciones sin Estado, imponiendo de manera soez y arbitraria sus normas prescritas y antidemocráticas. Los derechos a la libertad de las naciones sin Estado resultan conculcados y anulados por una pretendida estructura político-económica producto de «derechos de conquista» o de guerras asesinas y dictaduras negacionistas. Son precisamente los herederos de esas dictaduras quienes más se reafirman en el mantenimiento de las fronteras impuestas y lo hacen todos, los militantes directos de la ultraderecha y los «progres» de la socialdemocracia y sus ramales de apoyo constitucional. Los lenguajes suenan diferentes en varios debates y conceptos sociales, pero se igualan y equiparan de manera sistémica en tanto y cuanto se trata de dar respuesta a las reivindicaciones de los pueblos que quieren volar libres.

Esto pasa, también, en las relaciones internacionales y en las responsabilidades con los pactos entre naciones de diferente signo ante las ambiciones del Capital y su concepto de dominación mundial. España lo demuestra con Marruecos y el Sahara, con su adscripción a la OTAN y el apoyo al nazismo más descarado que el régimen ucraniano de Zelenski practica (ha ilegalizado a más de 16 partidos políticos que no concuerdan con su política dictatorial). Con Marruecos apoyando a un monarca asesino que tortura y mata al pueblo saharaui por imposición de unas fronteras bastardas de Ceuta y Melilla y la recomendación de EEUU en su política de alianzas para el control africano, haciendo caso omiso al robo de la pesca y los fosfatos como parte del premio que el régimen alauita se embolsa teñido de sangre y miseria. El no a la OTAN se ha convertido en apoyos de todo tipo a sus decisiones de intervencionismo a nivel mundial, aprobando importantes cantidades económicas para el desarrollo de guerras y apoyo a masacres en el Dombás y Donetsk por parte de los seguidores de Stepan Bandera incrustados en el ejército ucraniano desde el golpe de 2014 con más de 14.000 muertos sin que nadie haya rechistado ni dado un paso al frente para la defensa de sus habitantes. Escuchar a Sánchez su argumentación sobre la guerra en Ucrania deja mucho que desear, pero oír a Borrell produce vergüenza ante tanta estupidez escupida. Son posicionamientos que indican en qué laberinto nos encontramos y con quiénes nos enfrentamos los que pretendemos la independencia para la nación vasca, para Euskal Herria. La República vasca resulta necesaria y la tenemos que hacer entre todos, hombres y mujeres de este hermoso país, para respirar diferente, para compartir el aire con otras gentes de otros pueblos, para desarrollar la solidaridad desde la propia libertad. Hay que romper con la imposición de un centralismo ciego que nos cierra el paso al desarrollo y a la unidad para poder desarrollar el «internacionalismo» que nos convenga, alejado de conducciones absolutistas que merman nuestro derecho a decidir en libertad; el internacionalismo se desarrolla entre naciones…

Es hora de pararse a pensar en el futuro y para ello debemos buscar la salida del laberinto, buscando los puntos en común y siendo sinceros con nuestras propuestas y unidades de acción, pues no resulta de recibo el plantear objetivos que luego se olvidan con un actuar unidos al centralismo. Se es abertzale e independentista o se es autonomista y colaboracionista con el unionismo. El tiempo corre de manera veloz y nos sitúa a todos en lugares fáciles de concretar, por ello y para salir del laberinto (o quedarse «cómodamente» en su interior) es necesario el diálogo entre sinceros independentistas que establezcan unos mínimos básicos para plantear nuestros objetivos de unidad territorial y autodeterminación democrática, sin más amenazas ni imposiciones por parte de los unionistas de ultraderecha o socialdemócratas del tres al cuarto, con autonomistas derrotados y convertidos en porteros fiables del laberinto.

Es cada vez más necesario ese «frente amplio» que guíe a los y las vascas abertzales hacia la construcción de la República Vasca para dotar a nuestras nuevas generaciones de un futuro libre y soberano, donde todas las personas nos sintamos representadas y compartamos nuestros objetivos de libertad y solidaridad sin árboles que nos impidan contemplar el amplio bosque que subsiste desde el Ebro hasta el Adour.

Para ello hay que apoyar las iniciativas que surgen sin engaños y contrarias a las amenazas de la ultraderecha de los herederos de Franco (PP, VOX y Ciudadanos) que amenazan con más cárcel, tortura y muerte para nuestro pueblo. No se puede jugar con el futuro disfrazando sentimientos y actuando de manera infantil, tolerando el genocidio y las amenazas, tanto las del 155, como la de los cuartelillos y las leyes antiterroristas edulcoradas; porque hay que mirar a Brasil, a Perú, a Ucrania y a la OTAN, la CIA y EEUU, donde los golpes de estado se preparan, se imponen y se aplauden. Hay que reflexionar y comprender que somos parte de este mundo unipolar, donde resultamos marionetas manejadas por el manido Capital y solo saldremos de él reflexionando sobre quién sale beneficiado del seguidismo al imperialismo que primeramente arrasó con los habitantes de las tierras de América del Norte (como con los búfalos), para después decidir dónde suelta sus bombas atómicas (Hiroshima y Nagasaki), destruir Vietnam (Napalm y armas químicas diversas), destruir Yugoslavia con su poder absolutista y las bombas de uranio empobrecido, colocar sus bases a través del mundo y organizar guerras y golpes de estado en todos los lugares de la tierra (Chile, Colombia, Irak, Afganistán, Libia, Túnez, Siria...). Hoy es el primer promotor y financiador de la guerra en Ucrania, para imponer sus ansias imperialistas, rompiendo los acuerdos de Minsk e impedir la influencia de Rusia y China en una confrontación directa por su enfrentamiento a la globalización que los yankees pretenden mantener.

Produce bastante asco comprobar cómo las naciones de Europa se rebajan a lamer las botas del Imperio agresor por excelencia y apoyador de guerras donde los muertos los ponen los demás y las bombas y misiles caen sobre territorios lejanos a sus ciudades. Cuestión nada banal a la hora de dilucidar sobre las posibilidades de actuar con libertad de posicionamiento a la hora de decidir el lugar para sentarse a hablar y con quién.

Todo tiene una interrelación e influye de manera importante a la hora de exigir nuestros derechos, cuestión que tiene su solución en los encuentros necesarios a pie local, donde deberemos ponernos de acuerdo para romper las ataduras con el neofranquismo que todavía vive en el unionismo que nos domina, utilizando todos los poderes del Estado, desde la judicatura hasta las fuerzas policiales, militares y económicas, sin olvidar en momento alguno a las religiosas. Unidos por encima de las diferencias somos más. Gora herria! Preso politiko guztiak etxera!

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