Elias Anton Murgiondo

Sensaciones...

Siempre concurren de manera subjetiva la emoción y el nerviosismo si se actúa de forma militante, comprometida, ante la perspectiva de un acto de confrontación electoral que te concierna o te implique directamente.

Son las sensaciones, sean estas positivas o negativas, las que influyen en tu bienestar: ilusión o desazón... Se acerca el 28 de junio como cita electoral para Ayuntamientos y Parlamentos de Hego Euskal Herria donde los vascos y las vascas debemos ejercer el derecho al voto para elegir a nuestros representantes cercanos. Tiene gran importancia, pues de esos votos dependerá el resultado sobre quiénes serán los/las encargadas de administrar nuestros recursos y pergeñar y defender nuestras necesidades más urgentes. Es cierto que también se van a desarrollar elecciones en el resto del estado, es decir, también en la metrópoli, pero las sensaciones concurren de modo distinto, pues la importancia adquiere tintes diferentes por aquello de la lejanía y de las fuerzas estériles de la Reforma que siguen atenazando a las naciones sin Estado que deben pelear cotidianamente contra la negación y la imposición de su inmovilismo histórico y reaccionario.

Desde una óptica abertzale y de progreso, las sensaciones resultan positivas, pues las circunstancias actuales (encuestas, organización, propuestas, participación...) sitúan a EH BILDU en resultados muy positivos que incomodan de manera general a todo el arco opositor, sea de casa o de fuera. El affaire de las listas electorales ha supuesto una excusa para sacar a la luz toda la basura mediática y la catadura de los partidos «democráticos» que comparten la pugna electoral: sean o no de casa. Han sacado sus dientes afilados y cua alimañas se han destacado en morder sin complejos las leyes «democráticas», sus leyes, las que decían que «sin armas todo era legal y posible»... El objetivo no era otro que EH Bildu; los de fuera porque no soportan que nuestro pueblo nos vote y margine a sus caballistas mercenarios y los de casa porque van comprobando que cada vez se les va conociendo más y mejor las alianzas para gobernar con un estatuto que con el «café para todos» hace aguas y resulta vital su unidad con partidos unionistas para mantener sus sillones y prebendas. Sienten el aliento de la izquierda abertzale en sus espaldas y esa cercanía les pone nerviosos, pues el riesgo del descabalgue en instituciones que consideraban propias hace peligrar su pretendida superioridad y manera de gobernar: hay un viento fresco que nace entre el Golfo de Bizkaia y el Ebro, que viene a limpiar el viejo aire de Sabin Etxea y renovarlo abriendo puertas y ventanas para todos y todas las personas que sufren la soberbia y la imposición.

Lo cierto es que tras tantos años de lucha y sufriendo los achaques de la edad, mirando al futuro, viendo a la juventud implicada e ilusionada con la pelea, debo reconocer que la sensación actual me inclina al positivismo, me produce ánimo y alegría, pues el ruido comienza a decrecer y el trabajo y la argumentación se imponen ante el mensaje del miedo y la mentira. Es así que el efecto de las "listas" se difumina y como "boomerang" vuelve y arrea el gran sopapo a todos los difamadores y estrategas del miedo. Sería bueno que en España abrieran los libros de historia y analizaran dónde están los asesinos y las cunetas sin abrir; quién comenzó a matar hasta el último aliento de su putrefacta vida (Txiki, Otaegi, Baena, Sánchez Bravo...); quienes son sus herederos y seguidores en la España actual (PP, VOX, C's, y más). Para que nos venga la indocumentada Ayuso con sus histriónicas sandeces intentando abochornar a quienes dice representar y votan a su favor. ¿Votar a semejante engendro en Madrid denota falta de inteligencia o carencia democrática? Es otra sensación negativa que no nos corresponde asumir, ¡allá elos/as con su responsabilidad histórica!

Decía que mis sensaciones últimas rayan en lo positivo, pues ayer acudí al Labrit al mitin de EH Bildu y salí encantado; pude comprobar un estado de ánimo positivo, me encontré con gente que no había viso desde hace tiempo y el sonido de los aplausos ante las intervenciones de Asiron, Aznal y Otegi me dejaron satisfecho. Debo decir que mi edad y estado de salud no merman mi capacidad de análisis a la hora de valorar los esfuerzos constantes que se desarrollan por parte de las personas militantes y conscientes que cohabitan en ese «frente amplio» que cada vez más se construye en EH Bildu, donde la juventud emerge con fuerza y generosidad como fuerza de recambio y continuidad (ayer lo demostraron).

Por ello, compañeras, compañeros, amigas, amigos, sin otro particular y con la sensación del avance de la solidaridad y la honestidad para la defensa de Euskal Herria, pido el voto para la única fuerza de izquierda abertzale, para EH Bildu, como no puede ser de otro modo. ¡Vota independentzia! ¡Vota EH Bildu! Gora herria!

Euskal preso politiko eta iheslariak etxera!

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