Este segundo artículo, y para mí último con este título, surge como respuesta al artículo “Puntualizaciones sobre sindicato USO y asignatura de Religión Católica de los delegados sindicales de USO-Navarra” (Juan Antonio Ojer, Maribel Lizarraga y Xabier Larrambebere).

Para empezar me gustaría recomendaros un artículo titulado “Matemáticas en misa ya”, que tiene la virtud de haber sido escrito por docentes de todos los niveles y que con mucha pedagogía y empatía nos viene a decir que no tienen ningún sentido que se imparta unos 10 minutos de matemáticas al principio de cada misa, del mismo modo que no lo tiene que se imparta la asignatura de Religión como doctrina en los centros escolares. De este modo respondo a la primera parte de vuestro artículo en el que habláis de la idoneidad y los derechos de impartir la asignatura de Religión Católica en las aulas.

Sin más paso a comentar vuestras 5 puntualizaciones, que están en la segunda parte de vuestro artículo.

Por una parte, asumo como puntualización que pueda no ser cierto que vuestro sindicato agrupe a la mayoría del personal docente de Religión Católica, porque para mí no hay forma de contrastarlo al tratarse de un dato que no es público.

Por otra parte no estoy para nada de acuerdo en las otras cuatro puntualizaciones y paso a argumentarlo. En tres de ellas porque no habéis hecho una lectura correcta de mi artículo y os lleva a entender algo que yo no he dicho.

Primera. Yo no he dicho en mi artículo que los recortes del gobierno de UPN no hayan afectado al profesorado de religión (si hubiese sido así ahora mismo estaríamos ante otro privilegio más de este grupo de docentes). Yo dije (lo podéis comprobar en la hemeroteca) que no afectaron en absoluto a las horas semanales de Religión Católica que se imparten en los centros a pesar de tratarse de una doctrina de fe y no de una ciencia.

Segunda. Se me dice en vuestra respuesta que tratar a este colectivo (profesorado de Religión Católica) como un privilegiado… resulta un chiste macabro. El Departamento de Educación en la actualidad contrata como interinos al profesorado de Religión Católica y al resto de interinos del resto de asignaturas que se imparten en las aulas. Las condiciones laborales y contractuales son similares o iguales porque en los dos casos son contratados de la Administración, pero hay dos diferencias importantes que yo remarqué en mi primer artículo. Mientras las listas de profesorado de Religión Católica las confecciona y las ordena el Arzobispado de forma privada y subjetiva, las listas de interinos del resto de asignaturas del Departamento de Educación las confecciona y ordena de forma objetiva y con concurrencia pública el propio Departamento de Educación. Por otra parte, todo el personal interino de las listas de Educación más el profesorado fijo sin plaza o destino (a excepción del profesorado de Religión Católica) todos los nuevos cursos tienen que tomar parte en el concursillo del Departamento de Educación para elegir la vacante que cubrirá o no (si no le llega vacante el siguiente curso), mientras que el profesorado de Religión Católica repite plaza o vacante de un curso para otro.

Se pueden dar las vueltas que se quiera e incluso buscar eufemismos, pero para mí estamos ante dos privilegios claros y diferenciados del profesorado de Religión Católica respecto al resto de interinos del Departamento de Educación.

Tercera. En mi artículo digo textualmente «Precisamente estos partidos, a diferencia del sindicato USO en este caso, hacen una defensa de la educación y del profesorado en general y no solo de un colectivo (profesorado de Religión Católica)». Desde el sindicato USO se me acusa de decir que el sindicato USO solo defiende al profesorado de Religión Católica olvidando que digo «en este caso» en mi frase. El sindicato USO quizá no agrupará a la mayoría del profesorado de Religión Católica como dicen, pero la defensa vehemente que hace del mismo de forma diferenciada en este caso hace pensar que el número de afiliados es importante.

Cuarta. En mi escrito digo efectivamente que la mayoría de la población no somos católicos y desde vuestro respuesta se dice que no cito ninguna referencia sociológica. Os invito a que releáis mi artículo y comprobéis que menciono como dato ilustrativo de mi afirmación que en la actualidad los matrimonios religiosos no alcanzan el 30%. Y es más, puedo aportar otra información más que está en la hemeroteca: el número de declaraciones que llevaron la «x» en la casilla de la Iglesia disminuyeron un 1,39 por ciento y por primera vez en nueve años se situó por debajo el 34%. Las dos son noticias de este mismo año que podéis consultar en internet. La primera del diario "El Mundo" y la segunda de "ABC", dos periódicos que por su línea editorial probablemente serán defensores de la asignatura de Religión Católica en las aulas.

Un saludo.