Josu Elorduy

Turismo en las Salesas

La mayoría de los testigos, tenían claro que querían votar, que era su fiesta, la fiesta de la democracia, que querían ejercer su derecho a votar, a expresarse, a reunirse...

El conjunto monumental de las «Salesas» impresiona por su pomposidad y su seguridad. El convento fue fundado en 1748 por la reina Bárbara de Braganza para ser colegio y residencia de jóvenes de la nobleza. En 1870, el convento se destinó a palacio de justicia. El 20 de mayo de 1939 se realizó en la hermosa iglesia aneja, la «ceremonia religiosa especial», justo al día siguiente del desfile de la victoria.

A las 7.30 de la mañana hace frío en los alrededores del conjunto monumental rodeado de vallas y trabas, como si de un objeto de deseo se tratara. Los números guardias de servicio saludan a quién se cruza, quizá, para romper su hastío.

Sólo los pajarillos están despiertos poniendo música a los embalajes de cartón que perfilan el dormitorio de los esclavos del reino, sin condición de ciudadanos con derecho a una vivienda digna, en la pequeña plaza adyacente. Leo en una pancarta clavada a un árbol: «Suerte es tener un barrio limpio» con la imagen de una zapatilla pisando un «cacote» de perro...

A esas horas todos los transeúntes parecen policías, uniformados unos, paseando a un perro... haciendo tiempo para empezar su jornada otros... Todo en calma salvo el trasiego de furgonetas «logotipadas» según el lenguaje procesal al uso.

Mi curiosidad me lleva a una cola de personas a la puerta del «Tribunal Supremo» según veo grabado en el frontispicio de la fachada. Es el público que pretende asistir a la sesión de hoy del juicio al «procés». La cola no es muy larga, el acceso está restringido a secuencias de 10 en 10, otros días de 5 en 5 para no hacer tumulto, supongo.

La entrada a un edificio público tiene los habituales controles de seguridad, arco de detección de metales, inspección de bolsas, mochilas... lo esperado. El trato de los funcionarios exquisito, rozando la amabilidad.

El último trámite completar una lista entregar el móvil y un teléfono para emergencias. En la fila hay un paisaje especial: un buzón de sugerencias y peticiones integrado en una falsa columna y anexo al mismo un cartelón en tamaño A1 con un resumen de los "Derechos de los Ciudadanos ante la Justicia" que parece tienen origen en la Proposición no de ley aprobada por unanimidad en el Congreso de los Diputados el 16 de Abril de 2002.

Recuerdo de memoria algo de lo leído:

Derecho a ser tratado con respeto.

•Derecho a utilizar cualquiera de las lenguas oficiales del Estado.

•Derecho a ser indemnizado por los errores judiciales o funcionamiento anormal de la justicia.

No estaría de más que se pueda publicar una foto de este magnífico enunciado de derechos, que puedes leer mientras se espera el registro de entrada.

Justo al inicio de la sesión, el día 11 de abril, hubo un momento de emoción, Paco, el Sr. Paco quizá, se sintió indispuesto, asistido por el médico forense de la sala, afortunadamente, no fue nada y la sesión pudo continuar. Este día 11 fue un cuento chino sucesivo de testimonios que hablaban de cánticos de "Els segadors", ataques graneados de «votarem», «votarem», «no pasarán», escupitajos, «fils de puta», lanzamientos de yogur, y miradas de odio de la masa, contra los que se defendía como podía una inocente agrupación de cuerpos de policía con equipamiento contra disturbios, según relatos miméticos de diferentes declarantes de diferentes lugares de votación del 1 de octubre. Es muy difícil que aquello fuera espontáneo, dice uno de los testigos, siempre hay alguien que grita más. Una queja repetida: los Mossos no se sumaban al apaleamiento de la masa para defender a los compañeros... A pregunta de la defensa, ¿No vió usted un cartel que decía «escola concertá»? No es mi lengua, fue la respuesta. Esto viene a cuento de la restricción impuesta por el TSC para limitar la intervención a centros de titularidad pública.

El día 14 de mayo, fue un día complicado en la oficina. Esta segunda visita al convento de las Salesas tenía un tono, una textura muy distinta. Hace calor, me cuentan que se han entregado a los encausados, a través de uno de los abogados de la defensa, unas hojas repletas de firmas de afiliados y simpatizantes de ELA recogidas el día 1 de mayo.

El primer testigo llamado a declarar, Don Ramón uno de los promotores con su sindicato (USTEC) de la jornada de «Escolas obertas», se explica: ejercimos el derecho a la autodeterminación, la manifestación, el ejercicio de derechos, reunión, manifestación, con bailes, debates, chocolatadas, conciertos... En ningún momento coartar, impedir, retener... Era consciente que se prohibía el referéndum. No se prohibía votar.

La sociedad civil organizada, «todos a las escuelas», me entrevistó el "New York Times". El fiscal se interesa por «el pistoletazo de salida». ¿pistoletazo? Réplica el interrogado confundido por la expresión. Escolas Obertas, acción pacífica, lúdica, reivindicativa, no violenta. Nosotros no hacemos nada para impedir la acción de la policía.

Doña Marina, a pregunta del Ilustrísimo Señor Presidente de la Sala referida a sus eventuales relaciones con los acusados, indica que tiene un café pendiente con Jordi Cuixart desde hace año y medio. Esto no le gusta al presidente de la sala, que empieza una larga cadena de atajos a preguntas y respuestas sin «relevancia jurídica» para la causa. La testigo pretendía hablar de su miedo, su alucinación por lo que estaba viendo, minucias sin transcendencia que acabaron con el inefable «Correcto, mucho mejor» a la renuncia de la defensa a hacer más preguntas, ante la sistemática interrupción del presidente actuante.

D. Luis (Abogado del Colegio de Manresa) ha presentado un escrito en catalán dirigido a la Sala en la que solicita declarar en catalán poyándose en el artículo 9.1 de la "Carta europea de las lenguas regionales o minoritarias", los artículos 3.1 y 3.3 de la Constitución española. La respuesta de la sala, consiste en primer lugar en mantenerle «de pie» mientras se le hacen las preguntas protocolarias, a pesar de la evidencia de ser una persona de edad, (Derecho a ser tratado con respeto, dice el cartelón de la entrada) y después un «chorreo cuartelario» con amenaza de expulsión, consecuencias disciplinarias y penales... Bueno, ya se ve, que los testigos pueden hablar en alemán, en inglés, en esloveno, en portugués..., pero por Dios, ¿en catalán?

El Colegio de Abogacía de Manresa había organizado un servicio de asistencia voluntaria a los votantes, se apuntaron 60 profesionales, que se dedicaron a responder a dudas y preguntas de los votantes y redactaron sendos informes de lo que habían visto en la jornada del 1 de Octubre y recogieron documentos gráficos, que después, en algunos casos, han sido aportados al sumario. Ni la fiscalía ni la abogacía del estado, ni los representantes del partido de extrema derecha Vox han mostrado ningún interés por estos testimonios.

El Alcalde de Callus: sobre las 10 llegó la Guardia Civil, me dirigí al mando: su respuesta, tenemos «instrucciones orales»... a continuación: «Atacamos por la derecha, abrid pasillo». Los vecinos sentados en el suelo «somos gente pacífica». Resultado: 15 vecinos heridos, de ellos 9 interpusieron denuncia.

A Doña Magdalena, después de tirarla al suelo, se le acerco un agente: «Señora no tenga miedo, venimos para ayudar».

Otro relato interesante: la «Escola Mediterránea». Aparecieron 12 o 14 furgones de la Policía Nacional. Se bajaron, se dirigieron en formación. El mando de la formación gritó «A por ellos» y arremetieron contra los que estábamos allí. Hechos denunciados en el Juzgado 7 de Barcelona.

Escuelas Pías de San Antoní. Sobre las 12 llegaron 26 furgonetas, nos rodearon y empezaron a pegarnos.

La mayoría de los testigos, tenían claro que querían votar, que era su fiesta, la fiesta de la democracia, que querían ejercer su derecho a votar, a expresarse, a reunirse...

Mi respeto y reconocimiento para tantas personas que nos dieron ejemplo de ser personas honestas, insobornables y ejemplares.

Por cierto, Sr. Paco, que se reponga de su esguince a la mayor celeridad.

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