Un partido que es depositario de una rica tradición de lucha, pero que no se limita a añorarla. Un partido que intenta dotarse de un buen anclaje en la actual sociedad vasca. Y, sobre todo, un partido que mira al futuro, a ayudar a generar condiciones adecuadas para impulsar un proceso colectivo de liberación.

La dirección del partido decidió en su momento que el proceso congresual iba a desarrollarse según una determinada metodología. Es su potestad. Y dicha metodología ha sido refrendada por la militancia. Lo que tocaba y lo que toca a partir de ahí es debatir sobre contenidos.

La ponencia ‘Herrigaia’ es el fruto del desarrollo de esa metodología. La misma ha conllevado, además de un montón de asambleas locales, entrevistas con medio millar de militantes y dos asambleas nacionales en verano. Y tras todo eso se nos ha ofrecido un texto de debate a La militancia. Se nos ha presentado ‘Herrigaia’. ‘Herrigaia’ no es la ponencia para la toma del poder, la ponencia definitiva. Nadie puede hacer algo así en estos momentos. Lo que hay que valorar en ‘Herrigaia’, en mi opinión, es si implica un avance o un retroceso en los medios de que disponemos como izquierda abertzale para avanzar en nuestra lucha. En mi opinión, y lo dije en las asambleas nacionales que tuvimos, es un avance. Un texto mejorable, sin duda, y eso intentaremos con las enmiendas parciales, pero un avance global. No hay que perder la perspectiva de eso, que es lo importante.

‘Herrigaia’ entiende que debemos jugar en el terreno de la articulación de mayorías en nuestro pueblo y que para eso son pilares fundamentales el desarrollo de EH Bildu y EH Bai y, por su lado, de los movimientos sociales y populares. En concreto, que tenemos que acompañar a la unidad popular en lo que ya decidió en su último congreso: convertirse en una amplia organización de masas que, además de lucha electoral y presencia institucional, se articule por pueblos y barrios. Que haga lucha política e ideológica en toda su amplitud. Esto es muy importante. Y ‘Herrigaia’ avanza también en dotarnos de nuevos medios para entender el movimiento popular y aportar en el mismo.

Del desarrollo de esta línea y las alianzas que conlleva vendrá el ir extendiendo en nuestro pueblo un nuevo «sentido común» que convierta en normal el hablar de independencia, desconexión del capitalismo, superación del heteropatriarcado... Pero costará tiempo, constancia y tejer alianzas el articular entre las clases subalternas que se convierta en normal lo que ahora es patrimonio, no de pocas y pocos, pero sí de sectores insuficientes. Un nuevo sentido común abertzale y de izquierda para la Ribera navarra y para Iparralde. Para la metrópoli y capitales. Para valles y ciudades.

Creo que ‘Herrigaia’ acierta en no situar en el partido el sujeto de acumulación. Debemos atender a nuestra comunidad, sí, pero hay que ir más allá y para eso debemos fortalecer integralmente EH Bildu y EH Bai y los movimientos populares. Ésos son los sujetos de acumulación básicos.

Entender y escuchar y volcarse en aportar en articulaciones amplias, dejando bastante abierto el juego, porque muy abierto está el panorama. Veremos si hay huelga general y qué pasa después. Veremos si Catalunya arranca de nuevo. Veremos si desbancamos al PNV del Gobierno de Gasteiz. Veremos quién se pone en Madrid después de Sánchez... Veremos pero iremos actuando.

En esta línea de reflexión, las instituciones actuales no son algo que vayan a sustituirse por contrainstituciones. Eso no es real. También las instituciones actuales tienen que ser pivotes de desconexión... hasta lo que den de sí. Y, para eso, la calle tiene que estar asimismo fuerte y organizada. Habrá interacción y tensión a los dos niveles, pero no asaltará la segunda a las primeras. No por ahora al menos.

Acabo, no es seguro que ganemos en esta lucha de liberación. Es seguro que seguiremos luchando. Todas y todos. Aquí no sobra nadie. Algunos y algunas apoyaremos a ‘Herrigaia’. Otras compañeras y compañeros a ‘Lurrari Lotuz’, pero es seguro que seguiremos luchando, en esta nuestra casa. Se lo debemos a las y los muertos y, sobre todo, a las y los vivos.