Nekane Altzelai y Agus Hernan
Foro Social Permanente

Víctimas nos señalan la senda a recorrer para construir la convivencia

Para el Foro Social Permanente, la contribución de las víctimas, de todas las víctimas, es imprescindible para poder avanzar en la construcción de la futura convivencia democrática de la sociedad vasca.

Los pasados 1 y 2 de julio celebramos en Barcelona, conjuntamente con el ICIP (Instituto Catalán Internacional para la Paz), un encuentro entre víctimas catalanas de ETA y víctimas vascas del GAL y de los cuerpos policiales. Este ha sido el décimo y último encuentro que celebramos este curso que finaliza con la llegada del verano. Nunca antes se habían desarrollado tantos encuentros en un período tan corto de tiempo, señal de los nuevos aires que corren en nuestro país.

Un buen momento para echar la vista atrás y hacer un balance de los últimos doce meses, por encima de la presión que impone la actualidad.

El gran reto que como Foro Social Permanente nos marcamos a inicios del curso 2018-2019 fue comenzar a sentar las bases definitivas de una convivencia democrática en nuestro país, basada en una cultura de derechos humanos y paz. Recordemos que el inicio de este curso estuvo fuertemente marcado por los avances que se acababan de producir en lo que respecta al desarme civil y la disolución de ETA, junto con las expectativas que generó la llegada de Pedro Sánchez al Gobierno.

Una de las piedras angulares que han marcado siempre nuestra labor ha sido trabajar para garantizar el reconocimiento integral de todas las víctimas de todas las expresiones de violencia. En ese sentido, han sido muy diversas las iniciativas y los encuentros organizados durante este curso respondiendo a este planteamiento:

-Presentamos la iniciativa "Hacia una cartografía integral del sufrimiento" en el seno del V Foro Social, para apelar a la necesidad de poner la atención en todas las violencias que han tenido lugar en el denominado conflicto vasco.

-Hemos organizado encuentros entre mujeres víctimas de la tortura y demandado el reconocimiento y reparación de este colectivo de víctimas.

-Hemos celebrado encuentros públicos y privados con víctimas de distintas violencias, para conocer de primera mano cuáles son sus necesidades y demandas.

-Hemos elaborado y presentado en los parlamentos Vasco y Navarro el informe que recoge el sentir de las víctimas de las violencias practicadas por estamentos oficiales; etc.

Pero la iniciativa que nos parece más destacable ha sido el programa "Hitzorduak-Escuchar para construir la convivencia", que ha sentado a dialogar en una misma mesa a víctimas de diferentes violencias, con el objetivo de generar espacios de confianza donde poder escucharse, conocerse e incluso, como hemos visto, empatizar.

Durante este curso han sido diez las ocasiones en las que han tenido lugar estos encuentros. Junto a los celebrados en la Casa de Mujeres de Donostia, la Universidad de Deusto, el Palacio Miramar de Donostia, el Casino Bellevue de Biarritz y el Colegio de Periodistas de Barcelona, también hemos facilitado cinco encuentros en diversos medios de comunicación.

Por supuesto, el Foro Social Permanente no ha sido el único actor que ha propiciado este tipo de diálogos públicos. Importantes han sido, también las aportaciones realizadas por Sare el 19 de octubre en el Palacio Miramar en su manifiesto por la convivencia, el manifiesto de Etxerat presentado el pasado marzo, el artículo de opinión de 49 víctimas de ETA pidiendo que los derechos de las víctimas del Estado sean reconocidos y, más recientemente, la unanimidad mostrada el pasado 20 de junio en el Parlamento Vasco por la totalidad de los sindicatos, de todo el arco parlamentario y de las propias víctimas sobre la necesaria reparación que se les debe a las víctimas de la tortura, instaurando un día para su reconocimiento.

Pero, sin duda alguna, son muchas de las propias víctimas las que están lanzando el mensaje más rotundo. Estas víctimas nos han señalado ya en más de una ocasión la senda a recorrer para construir la convivencia. Así lo hicieron, por ejemplo, hace ahora siete años, cuando presentaron en junio de 2012 las conclusiones del proceso conocido como Gleencree, que supuso un antes y un después en el entendimiento entre personas que hasta entonces habían vivido de espaldas unas a otras.

En 2019, nos trasladan un mensaje: «nosotras, que hemos sufrido en nuestra propia carne, somos capaces de entendernos». Todas y todos, instituciones, partidos políticos, entidades y la propia sociedad civil deberíamos tomar buena nota y ser capaces de buscar más lo que une que lo que separa.

Queremos agradecer de corazón todas estas aportaciones a la construcción de la futura convivencia democrática. Lo decimos sin dudarlo: todas ellas contribuyen a abrir una nueva etapa que, estamos seguros, se consolidará en los próximos meses.

Para el Foro Social Permanente, la contribución de las víctimas, de todas las víctimas, es imprescindible para poder avanzar en la construcción de la futura convivencia democrática de la sociedad vasca.

Observando las experiencias internacionales, constatamos que son raros los procesos de paz en los que tantas víctimas trasladan mensajes de convivencia tan claros y rotundos como está ocurriendo aquí. Estas víctimas son un faro en este terreno, y demuestran tremenda generosidad.

Hoy, queremos reiterar nuestro compromiso de continuar fomentando el diálogo entre víctimas, en este caso de distintas procedencias y violencias, para conocer de primera mano cuáles son sus demandas y necesidades.

Para finalizar, queremos trasladar la siguiente reflexión: tenemos el convencimiento de que en este país se están sentando las condiciones para construir una nueva cultura de paz y derechos humanos sobre bases muy sólidas.

Todas estas experiencias acumuladas nos están permitiendo ser, de manera colectiva, cada vez mejores personas, más solidarias y más empáticas.

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