Alfredo Ozaeta

Y ahora, ¿que?

No han considerado de que ya va siendo hora de que, con humildad, reconozcan que hay cosas que escuchando podían y pueden ser mejorables.

Se han acabado los aplausos al personal sanitario, auxiliares, limpiadoras y demás trabajadoras. Han pasado las elecciones a la Comunidad Autónoma Vasca que tan contumazmente el PNV quiso celebrar a pesar de la que estaba cayendo, y lo nada recomendable que resultaba citarnos a las urnas. Y tal y como indicaba el guion se ha producido el consiguiente intercambio de cromos con el partido en el gobierno del Estado para garantizarse las pretendidas mayorías absolutas para otra legislatura más. Mientras tanto los rebrotes, repuntes y fallecimientos continúan de forma incontrolada y ascendente sin saber todavía por donde nos da el aire, la nueva anormalidad sigue siendo un fiasco donde el rigor brilla por su ausencia y la improvisación campa a sus anchas. El desempleo sigue creciendo, los ERTES se prorrogan, eres y cierres en empresas se multiplican, las familias en el umbral de pobreza aumentan. Los Borbones trileros tratan de resituarse y resetear su imagen al objeto de apuntalar los cimientos de su resquebrajada estructura después la espantada del cabecilla, los grupos fascistas y sus lobbies tratan de juntar filas saliendo en defensa de torturadores y asesinos y en contra de los derechos y libertades. Se acentúan los problemas con Catalunya dejando bien claro quién es el que manda y en Euskal Herria no son capaces ni de cumplir su propia ley en la trasferencia de competencias y política penitenciaria entre otras muchas. En síntesis el conflicto español sigue sin resolverse y sus déficit democráticos y con la justicia continúan cronificándose.

Hasta aquí desgraciadamente todo previsible, basta una mirada a los principales grupos políticos en el congreso de Madrid, los debates y estrategias, por dale algún nombre, para darse cuenta del nivel y en manos de quien estamos.

Y a partir de ahora que: sabemos algo más del virus, de donde y como ha venido, como podemos frenarlo, cual es la responsabilidad de esta sociedad globalizada en su expansión y desarrollo, como se están fiscalizando los ingentes recursos destinados a su investigación. ¿Quién lo lidera? ¿Son empresas, laboratorios privados, o es la OMS? ¿Cuál es el control de la UE sobre los fondos aportados? ¿Como va a garantizar lo prioritario que es la salud de todas los ciudadanos, por supuesto migrantes incluidos?

Más allá de repartir euros, que también, se requiere de estrategias con vocación social clara para recuperar y recomponer la economía con garantía de ingreso mínimo por hogar? Muchas dudas e incertidumbres que tal vez por la lejanía con las instituciones europeas no llego a discernir.

Pero centrándonos en lo más cercano, aparte de la propaganda institucional y las declaraciones diarias de puesta a disposición de miles de millones de euros para paliar los efectos económicos provocados por la pandemia!, que hay de verdad y de rigor en ello como para creérselo, cuando después de seis meses nos encontramos con una caótica y problemática vuelta a las aulas, si en algo tan cercano e importante como es la formación de nuestros jóvenes y menores, nuestro futuro y el del país, no han sido capaces de diseñar una vuelta controlada y segura, donde los principios de seguridad, calidad de contenidos y formación no se menoscaben, como vamos a dar crédito a soluciones que dependen del reparto de fondos por parte de terceros.

Aparte de grandilocuentes declaraciones sobre la «vocación keynesiana» del Sr. Azpiazu, de «reconstrucción, reactivación y recuperación económica» del lehendakari Sr. Urkullu, donde están los planes y estrategias concretas de inversión, de creación estable de empleo, ayudas a empresas, autónomos y economías domésticas para el mantenimiento del empleo. Seguimos sin política industrial clara ni propia. ¿Que han estado haciendo este tiempo, han puesto a trabajar a los asesores, expertos, analistas, etc., que tienen en nómina? ¿Han intentado anticiparse a la que se venía venir, han previsto y diseñado nuevos escenarios? ¿O únicamente el suyo era un problema de poder y competencia electoral. Donde están las grandes líneas de una política industrial, de sectores terciarios y servicios propios. Porque todavía no se ha evaluado los puntos fuertes y debilidades de nuestra economía para que el diagnostico nos permita tomar decisiones acertadas lejos de la línea errática llevada hasta ahora. Claro que ello requiere de soberanía plena, y para ustedes son palabras mayores, su «transversalidad», derechos, libertad o identidad lo reducen a su comodidad. No nos engañemos hace ya mucho tiempo que el PNV ha optado por España como su «zona de confort».

No se trata únicamente de endeudamiento y gasto público en grandes obras y macro proyectos sin beneficios para la sociedad ni creación de empleo estable. El Sr. Keynes no se refería a regalar el dinero de todos los ciudadanos a los amigos, fondos y empresas de localización desconocida o cuando menos incierta, sino a destinar los recursos para crear empleo sostenido, no el de fin obra, para incentivar la demanda.

Se necesita además del soporte económico, una recuperación de la cultura emprendedora, que lejos de demagogias se ayude de verdad y motive a los jóvenes a desarrollar sus inquietudes, capacidades y proyectos, se les oriente en su formación académica y profesional para acometer los nuevos retos y oportunidades con satisfacción para ellos y de responsabilidad hacia la sociedad. Como es posible en nuestro pequeño país y en tan poco tiempo se haya podido perder señas de identidad tan remarcables como ha sido el cooperativismo y la creación o generación de empresas. Es lógico que falten sanitarios, y otros profesionales, y sobren policías y militares?, de quien es la culpa también de los jóvenes como en los repuntes del COVID, por favor!!, no desvíen su responsabilidad. Los responsables directos son los políticos que con su desconocimiento y lejanía de los problemas de la sociedad y de los jóvenes en particular no son capaces de articular propuestas de futuro que les satisfaga y cubra las necesidades de la sociedad garantizando el futuro de las nuevas generaciones y de las que ya estamos de vuelta.

La crítica y el debate, intercambio de ideas o conocimientos además de constructivos son absolutamente necesarios no se trata de ningún disfrute como a un político que se caracteriza por ir de graciosillo, eso sí, siempre faltando o tratando de ofender al que no es de su credo. Quien disfruta con las críticas a la gestión de la pandemia: los fallecidos?, sus familiares?, los internos en las residencias que no pueden recibir el calor y cariño de sus allegados?, los cuidadores y profesionales sanitarios desbordados por la situación?, los autónomos y empresas a los que no les llegan las ayudas que su propaganda promete?, los enseñantes, padres y educadores que con enorme desasosiego no saben cómo atender o como volverán sus hijas de la ikastola?, los desempleados con la incertidumbre de si en la situación actual encontraran empleo?, etc. No relativicen con algo tan serio y no hagan chanzas de quienes tratan de aportar soluciones con la mejor intención aunque las mismas cuestionen su modelo de gestión.

No han considerado de que ya va siendo hora de que con humildad reconozcan que hay cosas que escuchando podían y pueden ser mejorables. Aparquen por una vez su soberbia y arrogancia, escuchen a la sociedad y realicen una profunda y seria autocrítica de lo que se ha hecho y siguen haciendo en torno a la pandemia y por derivación a su gestión en el modelo de servicio a los ciudadanos de nuestro pequeño territorio.

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