18 de septiembre de 2014: una fecha memorable para EuropaEse día la ciudadanía escocesa tendrá la posibilidad de añadir una nueva estrella al firmamento de Europa, constituyéndose –tras un proceso de separación del Reino Unido– en el estado número 28. Un día que, a buen seguro, será de júbilo y de alegría exultante para esa mayoría de personas que anhelan volver a la situación de soberanía de hace tres siglos, donde eran un país absolutamente independiente. Escocia se ha convertido en un referente sociopolítico para todas aquellas naciones sin estado europeas: Catalunya, Corsica, Flandes, Irlanda del Norte, Euskal Herria,…

La primera de las mencionadas tiene establecido para el próximo 9 de noviembre una cita electoral transcendental en su camino a la independencia, pero a diferencia de Escocia se enfrenta a la sinrazón, a la obstinación, al cerrilismo y al imperialismo caduco y absurdo de un estado y del partido mayoritario de la oposición; tan intolerante, intransigente y arcaico como el mismísimo partido gobernante.

La última de ellas – Euskal Herria – se ve tristemente varada en un auténtico páramo yermo y baldío, entre la República francesa y el Estado español. Pero curiosamente, para el partido gobernante de vascongadas no es una situación, ni tan siquiera, incómoda, ya que sus dirigentes siguen empecinados y obstinados en encontrar acomodo y encaje en ese país carpetovetónico, que ha dado sobradas muestras de regirse bajo los mismos criterios, modelos y valores que los tribunales de la inquisición. Los cantos de sirena que tan plácidamente lanzaba, en los medios de comunicación y en todos los ámbitos, el ex presidente del tercio autonómico, el Sr. Ardanza, opinando que todas las ideas tendrían cabida en un contexto sin violencia; ha resultado ser una falacia absoluta, que lleva constatándose durante más de dos años en todas las actuaciones políticas, legislativas y judiciales del gobierno central.

La última sentencia del Tribunal Constitucional, del Reino de España, respecto al denominado ‘caso Bateragune’ constituye la enésima agresión, brutal, desmedida y represiva contra el pueblo vasco. Pero las preclaras mentes de la pirámide pensante del PNV: Andoni Ortuzar, Joseba Egibar, Iñigo Urkullu,… continúan en su ingenua y pueril idea de dotar a vascongadas de un nuevo status para otros 40 años de somnolencia y abulia sociopolítica. Pero la solidaridad internacionalista, la alegría vibrante y a raudales –que inundará calles, plazas y avenidas– el ejemplo y el modelo que se irradiará por toda Europa el día 18 de septiembre, no podrán contenerlo, ocultarlo, desfigurarlo ni reprimirlo, ni los dirigentes autonomistas del PNV, ni la derecha obscura y mortecina española.