Joseba Izaga Urrutia

A la atención del alcalde de Arrigorriaga, desde Olatxu

Le remito esta carta de carácter público ante la existencia de un envenenador de animales que opera en la zona de Olatxu de nuestro municipio. Podría haber empleado otro sistema de comunicación, dirigirme a cualquier grupo municipal presente en el consistorio y esperar al trámite del asunto, pero en vísperas de Agosto eso es una pérdida de un tiempo que en Olatxu no tenemos.

Desde hace más de dos meses, un demente está dejando chuletas de vaca con una lata de cerveza , como señuelo para que los perros o cualquier otro animal piquen y caigan envenenados.

Lo cierto es que este elemento va por la cuarta chuleta, que coloca siempre sobre papel plata. Tres de esas chuletas están en el congelador de mi nevera, congeladas. Al ver la primera de las chuletas – trampa me dirigí a la policía municipal de Arrigorriaga, un agente me comunico que el consistorio no asume el costo del análisis de esta carne previsiblemente, envenenada.

Posteriormente, un empleado de Neiker me comunicó que allí analizan animales muertos, no hay análisis preventivos gratuítos, es decir, analizarían los restos del animal que muriese a instancias de este perturbado sociopata que tenemos por aquí después de que él consiguiese su propósito. Los costes del análisis podrían pasar de los 400 euros.

La última hazaña de este elemento, tras comprobar que todas sus trampas han sido interceptadas consiste en variar la colocación de esta carne envenenada. La colocó en el acceso al río Txikito, enfrente de las casas de Olatxu. Aquí se bañan en el río y juegan los niños de la zona y otros que vienen a la urbanización lo hacen igual, especialmente en días de calor.

Señor alcalde, ahora el peligro ya no se cierne sólo sobre los animales, ahora son los niños los que pueden ser envenenados también. Espero que tenga usted la altura de miras suficiente para dar instrucciones a la Policía Municipal (a la que no responsabilizo en absoluto de la postura de su corporación) de que se hagan con las tres chuletas congeladas que mantengo como prueba.

Obviamente, si se demuestra que un insensato trata de envenenar a los animales de Olatxu y ahora atenta incluso contra los niños de la zona, habrá personación judicial si se le detiene. Por mi parte, a través del Colectivo Animalista de Bizkaia, espero que otras organizaciones de la zona así como el Consistorio de Arrigorriaga lo hagan también.

De momento, tal vez la cámara situada por la policía Municipal de Bilbo en la rotonda en la que coincidimos ambos municipios ha podido captar imágenes del individuo o individua, no voy a prejuzgar.

La seguridad de animales y niños de Olatxu, Ollargan, Santa Isabel y La Peña bien merece un gasto de 400 euros por parte de nuestro consistorio.

Por mi parte, seguiré recogiendo las condenadas chuletas asesinas hasta que un cuerpo policial o una instancia judicial me las requiera a fin de proceder a su análisis.

Pero conste señor alcalde, que entre mis prioridades no entra coleccionar carne envenenada en mi refrigerador.

Por favor, solucione este problema.

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