A mis compañeros de fatiga: los pensionistas
Llevo tiempo que no me fío de mi admirado Rajoy, y me temo que tengo que daros malas noticias a raíz de la conclusión de un artículo que leí hace unos días:
- La Seguridad Social se queda sin patrimonio tras seis años de déficit. El patrimonio de la Seguridad Social se acercó a los 70.500 millones de euros al acabar 2010. Ya al final de 2015 todos esos activos acumulados en la época de bonanza económica se habían quedado en 20.220 millones. Un año después, en un nuevo ejercicio en que los números rojos del instituto previsor batieron su propio récord del año anterior, todo ese patrimonio ya se había esfumado. Si se tratara de una empresa, la Seguridad Social estaría en quiebra. No es el caso. Le respalda el Estado y, por tanto, no está en riesgo. Una prueba de esta falta de peligro es lo sucedido hace ya dos décadas. Entre 1996 y 2002, el patrimonio de la Seguridad Social ya estuvo en terreno negativo. Llegó a tocar suelo en 1999, cuando se situó en menos 11.003 millones de euros. El balance del instituto previsor arroja unos activos en negativo por 176 millones.
La Seguridad Social acabó el año pasado con su patrimonio neto en negativo. Después de seis años consecutivos cerrando los ejercicios con déficit creciente, los números rojos alcanzaban el 31 de diciembre de 2015 los 176 millones, según la cuenta general de la Seguridad Social.
-Continúa la caída. El balance patrimonial de la Seguridad Social no es lo mismo que las cuentas anuales que se presentan todos los años, y que en 2016 arrojaron un déficit de unos 18.600 millones. Aunque evidentemente entre ambas formas de contabilizar la situación del instituto previsor hay una estrecha conexión. El hundimiento del empleo, la devaluación salarial y el incremento constante del gasto en pensiones explican esta situación, que con total certeza se agravará al final de este año.
La mengua del patrimonio de la Seguridad Social ha corrido en paralelo a la reducción del Fondo de Reserva. En la hucha de las pensiones a finales de 2016 todavía se acumulaban unos 15.020 millones, una cantidad muy inferior a los casi 70.000 que llegó a tener antes de que comenzara a consumirse a finales de 2012. El remanente también será menos al acabar el año, ya que el Ministerio de Empleo habrá utilizado parte de ese dinero para pagar parte de las extraordinarias de verano y Navidad.
-Se acabó la hucha: esta es la crítica de un periodista y pensionista:
Se acabó la hucha. Ya no queda ni para pagar la extra de Navidad. Se han cargado los casi 70.000 millones que allí había, se han cargado la herencia recibida. Y ¿a qué se debe? A dos causas. Una u otra, o las dos juntas. Porque las pensiones no se deben pagar con el dinero de la hucha. Ese dinero debería ser solo para emergencias puntuales. Las pensiones se deben pagar con el dinero que se recauda de las cotizaciones de los trabajadores, y si no hay es porque las cotizaciones, a pesar de lo que nos digan, han disminuido notablemente. Y la otra es para que lleguemos a la conclusión de que este sistema no funciona, y no hay más remedio que hacerse un fondo privado de pensiones. Poquito a poco, lo van privatizando todo.
Yo le propondría a la ministra Báñez que cambiara el índice de coste de la vida (en vez del 0,25%) por la del «coste del txikito», es más real y más exacto.
Salud y República,