He oído recientemente esta expresión de un compañero y me ha parecido el calificativo perfecto de la deriva actual del político tipo del PNV: Aberchalet. Un buen ejemplo es, la elección de Imanol Pradales por la dirección del PNV como candidato a lehendakari de la CAV.

Básicamente, los Aberchalet, son los políticos, asesores y amiguetes que viven parasitando alrededor del poder político-institucional que ejerce el PNV en todas las capas administrativas de la CAV. Son aquellos cuyo proyecto ideológico para la CAV (porque EH no les importa) es mantener al PNV en el poder para poder comprarse un bonito chalet.

Dentro de esta lógica encontramos un triste conocido por los movimientos ecologistas en Bizkaia, el Diputado de obras públicas Imanol Pradales. Un cargo jeltzale que ya tendrá reservado, como su antecesor en el puesto, un terrenito en Urdabai para que una vez que terminen de liquidar la reserva, pueda construirse a su gusto un bonito chalet con vista a su brillante Guggenheim.
No nos equivoquemos, el Guggenheim en Urdaibai no es un objetivo, es la excusa que les permitirá colonizar la reserva para montar urbanizaciones, campos de golf y proyectos turísticos de alto standing, un «pelotazo» a medida de los intereses de las nuevas elites del partido.  

Los actores gestionan la incertidumbre cambiando de perspectiva, actuando sin más demora, sin esperar que una solución futura venga del exterior.