Actuar en manada
(En solidaridad con la criatura “más débil que ellos”, con quien toparon aquella noche.)
Ya de entrada, se ponen el nombre a lo bestia…
Se gustan llamándose “ manada”, pero suenan a “para un tipo de acción”; montan cuadri por competir con otras cuadris de su cuerda -que comparten grupo de wassap- en a ver quiénes se lo montan más y mejor, a ver quién alardea más finamente de lo megaguai que pueden desfasar; de cuánto de lejos llegan a pasarse de vueltas; de lo muy desalmados que pueden ser; y de primarios y abusadores sin freno en dejar la testosterona suelta a su puta bola que avasalle a personas indefensas (mejor una sola) para montar bacanal de sexo, nada consentido, lo más grabable posible en imágenes, para luego poder saborear, como momentazo éxtasis, al pulsar “compartir” la hazaña.
La persona indefensa de turno, avasallada, violentada, abusada, herida y abandonada, a quien utilizan de protagonista involuntaria de su cruel historieta, es lo que menos cuenta, podría haber sido una “más débil que ellos” cualquiera, especialmente mujer. Y, ¡misión cumplida!, puede que comenten sonrientes, animándose entre ellos, acabado el trajín, y la fiesta continua… Para su parroquia han quedado como dios, sin duda, el pabellón bien alto. Necesitan aparentar sentirse orgullosos y valientes y ni plantearse que atacar en grupo, es decir, muchos contra una, es síntoma siempre de miserable cobardía. Varias desgracias en una. Las personales y las transferibles.
¿Es algo así ser manada? Me pregunto. Y ¿qué educación de padre y madre (y sistema escolar ) han tenido estas ano(ni)malías de seres humanos?
P.D. Voluntariamente he escrito no centrándome en “la agresión a mujeres por serlo”, que es el caso. Sólo por dejar puesto el foco en “persona más débil” por un rato.