A pesar de la propaganda de los EEUU humillados porque los talibanes les han barrido de su territorio que invadieron hace 20 años, la mayor parte de los naciones progresistas han valorado su lucha como gesta de liberación nacional y un estímulo para otros pueblos también ocupados por fuerzas las imperialistas, en las que también han participado tropas españolas, huyendo junto con las otras de la OTAN. Los talibanes están mostrando una preparación militar sorprendente, pues con armamento poco sofisticado han sido capaces de dominar al ejercito más poderoso del mundo que ha gastado 2,5 billones de dólares, a pesar de ello su final ha sido humillante.

El talibán es un pueblo valiente y disciplinado, digno de admiración. Pero produce estupor su actitud violenta y falta de respeto con las mujeres. Es intolerable el argumento de la diferente concepción con respecto a occidente sobre las mujeres en Afganistan. Realmente es ofensiva  u  consideración como seres inferiores a quienes hay que tutelar y no se les reconoce ningún derecho, como si no fueran seres humanos, cuando realmente su actuación a lo largo de la historia de la liberación del pueblo está jalonada por acciones heroicas, aunque anónimas. Es indigno, aunque lo prescriban sus libros sagrados que se obligue a las niñas a casarse con quien pactan sus padres sin considerar sus deseos a edades que no son capaces de discernir con criterios fundados. Es de una crueldad morbosa que se les impida estudiar o trabajar, que sean consideradas esclavas de sus maridos y no se puede entender que tengan que ir cubiertas totalmente porque lo imponen unas costumbres aplicadas con puño de hierro por sus familiares masculinos. Esos hombres que han demostrado ser generosos y valientes en la defensa de la patria, en el aspecto humano y familiar son fanáticos sin sentimientos, a pesar de ser eruditos en muchas ciencias.

Realmente la actitud de los talibanes hacía  as mujeres es un aspecto negativo que impide a los pueblos progresistas del mundo cualquier actitud de simpatía y admiración por un sociedad que humilla a sus mujeres como si no fueran seres humanos.