¿Alguien tiene una tirita?
Todos tenemos esa amiga que lleva siempre tiritas en la cartera. Te duele la cabeza y ya está sacando el paracetamol. Le dices que te pica la garganta y en «cero coma» te ha mandado mil remedios caseros; y cuidado con no hacerle caso, que va a tu casa a curarte como sea. Resulta que soy esa amiga. Llevo tiempo preguntándome cómo es posible que yo, que voy regalando soluciones, no sea capaz de resolver lo que me pasa a mí. Soy consciente de la gran ironía que habita en mi interior y me siento ridícula, porque ya sé quién es la culpable de que a veces sea menos feliz. Soy yo. Vivo en un constante sabotaje propio. También soy consciente de que no soy la única, y es que no sé si en algún momento se ha hablado de salud mental más que en la actualidad.
Creo que estoy tan acostumbrada a que me fallen, que esa se ha convertido en mi horrible zona de confort durante bastante tiempo. A nada que alguien se salta el patrón, mi cabeza no lo entiende y busca maneras para llegar cuanto antes al único final que conoce. Porque, ¿para qué alargar algo que de todos modos se va a acabar, no? Pues sí... coges y lo alargas todo lo que puedas, y lo disfrutas mientras dure. De nada sirve adelantarte a lo que va a ocurrir y, aunque el corazón esté cansado de sangrar tantas lágrimas como letras tenga esta carta, nunca antes ha valido la pena luchar contra esa zona de confort tanto como ahora ¿Alguien puede hacerme entender esto? ¿Alguien tiene una tirita para mí?