Adolfo Moreno

Aquellos maravillosos años musicales

Se avecinaba el verano del 2012 y de pronto nuevos rumores empezaron escucharse sobre un posible festival de música diferente de la que estamos acostumbrados en esta ciudad.

Se podía oler el ambiente de especulación y excitación acerca de cuándo, dónde y quienes vendrán a ese festival del que tanto se está empezando a hablar. Y como quien no quiere la cosa surgió el Tres Sesenta Festival.

Alegría y exaltación entre los amantes de la música indie-pop, por fin Pamplona-Iruña tenía el festival que tanto tiempo llevábamos esperando mucha gente con grupos como Vetusta Morla, Love of Lesbian, El columpio asesino etc. Al fin había llegado y surgido lo que toda buena ciudad necesita, un buen festival donde se enfoque hacia un público fuera del ámbito rock, del cual estábamos ya muy acostumbrados, pues de música indie tan solo podíamos disfrutar de pequeños bolos en locales etc.

Aquello resultó ser un festival referente y mucha gente venía tanto de fuera de otras poblaciones de Navarra como de fuera de la misma, ya que además esta ciudad posee un gran número de estudiantes de afuera.

Año tras año iba consiguiendo más público, más renombre y más alcance mediático.
¡Oooooh qué tiempos tan felices aquellos!

Pero como suele ocurrir otras veces, el gobierno cambió, y no se sabe muy bien si fue casualidad o no, pero esa edición fue bastante chasco, un fracaso, y todo ello debido a que el cartel se había reducido a 2 días, en vez de 3 como se venían haciendo en anteriores ocasiones, y el cartel no tenía nada que ver con la política musical llevada hasta entonces en dicho festival. Grupos más rockeros, más de otro estilo de festivales, público diferente creando una atmósfera completamente diferente a otros años, y desde luego y debido al bajón de nivel y de estilo de música, la afluencia se vio mermada, pues precisamente el año que más festivales surgen, ese año, hacen el peor cartel con diferencia, de modo que la gran mayoría de gente que solía venir, dejaron de hacerlo.

Un verano que fue el inicio de un augurio, el augurio que tuve de que este festival lo iban a eliminar de la agenda de esta nuestra ciudad.

Pasó un año, y finalmente anunciaron que, ese año, se lo tomaban como sabático para reflexionar y mejorar dicho festival, pero mi olfato me decía que eso era todo una mentira enorme que contaban para tapar que, como se ha podido ver, finalmente este querido festival ha desaparecido.

Dos festivales más han surgido, y todos son de rock, que a mí me encanta también esta música, pero parece ser que aquí no se puede hacer otra cosa.

15.000 asistentes tenía este festival, un 25% de fuera, lo cual supone un pequeño empujón para alojamientos, bares, restaurantes, pequeños comercios etc., para dar alegría a la ciudad, otro tipo de turistas que no los de San Fermín, un referente musical para mucha gente y sobre todo el, tras muchos años, cubrir las necesidades de mucha gente que llevábamos esperando algo así toda la vida, y ahora que ya lo teníamos, nos lo quitan en toda la cara y sin dar ninguna explicación.

Yo me pregunto que esto que está tan de moda predicar la política de transparencia:

-¿Por qué llevo un año que a pesar de escribir en medios de comunicación, redes sociales y demás que pueda, sigo esperando a que alguien me diga algo del por qué han eliminado el Tres Sesenta Festival?

-¿Por qué se mintió el año pasado en todos los medios de comunicación?

-¿Alguien se va a hacer responsable de haber mentido al todo el mundo delante de nuestras narices?

-¿Van a asumir realmente las personas u organismos responsables de dicho festival su culpa y explicar claramente qué ha pasado?

-¿Por qué en esta ciudad sólo se pueden hacer festivales y grandes eventos de rock?
Recordarles a esas personas que hay mucha más gente en esta ciudad, que son muchos los gustos y que también hay mucha gente de fuera estudiando y viviendo aquí, que tienen otras formas de pensar, otros gustos y que también ayudan a la economía.

Nota: Hoy me han escrito en el Facebook un mensaje de «Atención Ciudadana» a ver en qué me podían ayudar, a lo cual, tras haberles escrito durante casi un año, me ha dado la risa, y al mismo tiempo la pena de ver lo muy poco o nada que importamos los ciudadanos.

Let's shake a shako amigos!

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