La primera afirmación corresponde a la Diputación Foral de Gipuzkoa, respondiendo a las peticiones de la Agrupación Mugi Astigarraga en las Juntas Generales con la finalidad de resolver el cuasi eterno problema del transporte público por carretera en nuestro municipio, y la segunda, a quien suscribe la presente.

Entiendo que ha concluido el tiempo de marear la perdiz, de dialogar más y más, para que todo siga igual o parecido.

O la Diputación Foral de Gipuzkoa mueve ficha y rectifica el criterio mantenido hasta ahora, o los astigartarras estamos condenados sin solución de continuidad a un servicio público de transportes por carretera trasnochado y antediluviano, y lo que es más grave: sin viso alguno de solucionarse.

Colofón: lo más triste del caso en que con esta llamada «apuesta histórica», con pavoneo incluido, van a purgar, como siempre los más débiles. Por su orden: La gente mayor, el gremio trabajador tempranero, los necesitados de acudir al Hospital Gipuzkoa y los estudiantes. En román paladino, una auténtica canallada. Y luego hablaran de servicios públicos dirigidos a mejorar la calidad de vida. ¡Qué poca dignidad y qué poca alma!

Alguien va a recorrer su particular travesía del desierto durante mucho tiempo electoralmente hablando en este municipio. Se ha cometido una vergonzante felonía y eso se paga.