Astigarraga, Diputación y transportes públicos
Vaya por delante mi consideración y respeto, tanto al Ayuntamiento de Astigarraga, como a la Agrupación Ciudadana Mugi por el interés y denuedo demostrados en la resolución del cuasieterno problema del transporte público a Donostia, por un lado, y a Hernani, por otro.
Se ha avanzado, es de justicia reconocerlo, en lo que respecta a la línea BU-13, la rápida por la autovía, al minorar su cadencia de 30 a 20 minutos.
Pero en lo referente a la BU-12, la que transcurre por los diferentes barrios de Martutene, Txomin, Loyola, etc., la pesadilla continua, por no decir corregida y aumentada, según el siguiente detalle: El autobús sigue sin entrar por el pueblo con las consiguientes molestias, pérdidas de tiempo y reducción de calidad de vida para las trabajadoras y trabajadores, estudiantes y personas mayores, sobre todo estas últimas, a las que, si todo sigue igual, se les va a deteriorar absolutamente su plan de vida. Súmese a lo anterior la supresión de las paradas del barrio nuevo de Txomin y Riberas de Loyola, y para consumar la magna obra obsérvese la cadencia durante los domingos y festivos, absolutamente penosa.
Los vecinos y Ayuntamiento estamos librando un debate con la Diputación, cuya disyuntiva consiste en conseguir un transporte digno y acorde a los tiempos modernos o continuar con la situación angustiosa y anacrónica como la que sufrimos desde tiempo inmemorial.