Buenos modales
La convivencia requiere unos modales que sean los garantes de las buenas costumbres. Así pues es necesario dar las gracias efusivas a los: políticos inmovilistas que tan acertados han estado en insultar, calumniar y vejar al resto que no comparten su proyecto político ni ideológico, de pobres gentes que se dejan engañar porque miran unos medios de comunicación que los ideologizan sin que se den cuenta. Si esto no fuera suficiente, un personaje que transita por empresas que van quebrando pero el sigue en pie con su inteligencia extraterrestre, insiste en una metáfora al estilo del genocida Sarkozy, noviembre 2005, «racaille et voyous», que por su puesto hay que desinfectar, antes de cerrar, algo que como se observa son unos grandes expertos, este socialista ilustrado en la indecencia humana, y en el desconocimiento total de lo que es la humanidad. Apasionado aplauso, a los directores de diarios inmovilistas, a los plumillas al uso, como a los tertulianos nómadas, que tanto empeño han pretendido dar luz a estos débiles mentales que buscan la libertad para poderse organizar a su conveniencia y no a la del otro, a los economistas que con su crono van contando las empresas que se marchan, que sólo asustan a los que se quieren intimidar, a las perfumerías del estado, que rocían aromas, a escritores, académicos, artistas, cantantes de los más progres y si son futboleros mucho más, directores de cine, entre otros. El inconveniente de tanto esfuerzo para tan poco, es que la superioridad moral se impone siempre, a pesar de las malas artes de los que no quieren que el resto se organice, ya que están ellos para regular a los demás. Continuará la represión, la historia de la humanidad así lo indica, pero la masa decente siempre está preparada, para dejar constancia que lo único que atrasa su proyecto, son los privilegiados que no quieren compartir la aspiración del futuro. La República en diez años.
Atentamente,
Enric Vivanco Fontquerni