Si hay una constante histórica, que se cumple como un teorema en España cuando se intenta superar etapas dictatoriales como la dictadura de Primo de Rivera, o durante la época del franquismo, gracias al entramado legislativo vigente en su momento, se iba directamente a la cárcel como mínimo, y ahora también. Esta particularidad tan demostrable, hace que ejercer política sea un riesgo que con facilidad aniquila convicciones, ya que el ser humano no es inmune a su destrucción sistemática, desde la mirada del yo. La otra gran ventaja es el clientelismo que se genera para poder sobrevivir, ya que va en función que cuanta menor posibilidad exista en cambiar nada, más posibilidades se tiene para poderse sumergir en las prebendas que ofrece el sistema, naturalmente a costa de la mayoría que es la que paga toda esta estructura milagrosa. ¿Qué es lo que se debe hacer para neutralizar esta organización que intenta impedir que la humanidad avance a su gusto sin tener que pedir perdón, o renunciar al objetivo? Existe solución ya que afortunadamente hay una base teórica como la del líder carismático de Max Weber, que con una lectura puesta a las necesidades del momento y no la de una multinacional explotadora, ilumina el camino a seguir. La masa es la que escoge al líder carismático para que lleve a término sus exigencias, en el momento que el líder flaquea, se ha de sustituir inmediatamente por otro que esté dispuesto a llevar a término lo que la mayoría quiere. Las organizaciones sociales y políticas que se quieran apartar de la comedora del poder, deben oír las exigencias de las mayorías. No se puede permitir a políticos o a líderes sociales que reniegan de sus supuestas convicciones, que continúen como si nada, en este preciso momento son inservibles para la masa, y deben de ser sustituidos inmediatamente. La masa es la lava regeneradora que avanza para poder ofrecer un mundo en que los humanos sean definitivamente mayores de edad.

Atentamente,

Enric Vivanco Fontquerni