Juan Cruz Lara, Iruñea

Colorín, colorado, este cuento se ha acabado

En realidad el cuento ya empezó desde el mismo momento en el que, por obra y gracia de la incólume Esporrín, se le dio la batuta de mando de la ciudad a Enrique Maya, pudiendo haber ostentado ella misma tan noble responsabilidad. ¿Qué se le pudo ofrecer para desestimar tamaña tarea? el tiempo pondrá a cada uno en su lugar y dirá a ciencia cierta qué menesteres y ofrecimientos han impulsado esta "sabia decisión". Pero entremos en materia y no nos desviemos del asunto por el cual quería exponer unas pequeñas disquisiciones, apelando al título, y si no se acaba el papel, añadiendo alguna más.

Por todos es sabido la paternalidad con que el excelentísimo alcalde de Pamplona viste la ciudad durante las fiestas navideñas y lo que le gusta derrochar en estos ministerios, que, dicho sea de paso, este año le ha tocado el gordo de navidad antes de tiempo y ha decidido embellecer la ciudad con los colorines típicos del alumbrado, acomodando un 25% más de presupuesto que las pasadas fiestas. Este despropósito desproporcionado ¿a qué obedece? Ya saben ya, donde meten el dinero y en qué momento; ahora, de gasto social ¿cómo anda la cosa? poco gusta a la derecha este gasto y sí el de sociedades, que vaya usted a saber... y buena muestra de ello es el desplante que les ha hecho a las asociaciones de barrios, dejando de aplicar la subvención para retomar desde el Ayuntamiento, y ya sabemos todos como se maneja la institución en este ámbito.

Otra vez me estoy desviando del tema propuesto más arriba. Voy a ello. Hay una plaza en Pamplona, concretamente en La Milagrosa, que da nombre a un músico de la primera mitad del siglo XX, Manuel de Falla. Me parece bien que se den nombres de personas célebres a las plazas y calles, pero lo que sucede es que se les ha ocurrido jugar al baggamon al pintar triángulos de colorines por todo el espacio que la ocupa y la han convertido en zona lúdica en detrimento de los aparcamientos.

¿Cuál es la jugada maestra que el alcalde tiene preparada para todos esos vecinos que se han quedado sin aparcamiento de la noche a la mañana? Otros lugares de la ciudad también se han visto embellecidos con unos pasos de cebra un tanto extraños, y espirales que marean la vista. Me temo que este va ser el nuevo urbanismo de colorines que acontezca en los próximos años. Colorines como los tragasantos de la derecha ven el mundo, claro, con dinero ajeno... ahora, que no pretendan que la ciudadanía lo vea del mismo color aplicando su imaginación sobre el pavimento.

¿Quieren hacer una ciudad feliz, como pretenden? Malgastando en trapacerías y artificios no lo van a conseguir. Para terminar esta parrafada no puedo apelar más que al título, pues en realidad, los colores no visten a una ciudad de lo necesario para una buena convivencia entre sus ciudadanos y sí las inversiones directas a las personas y familias que la componen, y colorín colorado este cuento ya ha empezado.

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