Enric Vivanco Fontquerni | Barcelona

Copas

La felicidad como el signo inequívoco de todo acceso a las verdades, como señala Alain Badiou, el mundo del fútbol está alejado de este pensamiento, ya que si la prensa política en Europa está bajo sospecha permanente, la especifica del fútbol, va en sentido opuesto a la tesis de Hegel, que mi propio tiempo es maduro. La destrucción sistemática proyectada, y ejecutada por unos dirigentes que están enfrente de una institución como es el FC Barcelona, de robar su identidad, y el espíritu más hegeliano del club, se están realizando con una eficacia estremecedora. La etapa anterior que consistió en revalorizar la esencias de su fundador, que tuvo la inmensa dignidad de acabar su vida cuando lo consideró conveniente, ahora con este pastiche multicultural de unos profesionales del fútbol, que lo único que les interesa es su peculio, como es lógico y razonable, su resultado es el olvido voluntario de la propia esencia que necesita de la comunión entre los socios con la historia fundadora, en la búsqueda de un proyecto emancipador, como el objetivo irrenunciable de la libertad. En la época de la dictadura, lo conveniente era que el equipo del régimen, lo ganase todo, en la coyuntura actual el interés es que el FC Barcelona, gane las ligas y copas, de una de las federaciones más corruptas de Europa, por motivos tan claros que no es preciso pensar a través de los grandes maestros de la filosofía. Los dirigentes de la institución, se tragaron sin el menor inconveniente la vejación que tuvieron que soportar los seguidores, al robarles sus pertenecías, sí, sí, sí, se nos roba, prendas personales, políticos, elecciones, libertades, infraestructuras, obras de arte, pero con la dignidad jamás podrán a pesar de los colaboracionistas de turno, de esta impresentable directiva que no tiene un átomo de vergüenza.

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