Iñaki Revuelta Lertxundi

Cuestión de coherencia

Si algo he aprendido de nuestros mayores, esa es la coherencia, la que debemos procurar tener y ejercer a lo largo de nuestras humildes vidas. Algo que parece ser que escasea últimamente en nuestro entorno, en el quehacer diario, en la actitud tomada para con las situaciones que se nos presentan. No es de recibo ver como la mayoría de la ciudadanía observa y acepta con un silencio cómplice, el recorte de derechos a otra parte de ella, de como se les señala por no compartir ni aceptar unas restricciones y por no querer formar parte de ese programa de vacunación de esa dichosa pandemia. Más sangrante aún, cuando en este pueblo siempre nos hemos caracterizado por denunciar los atropellos hacia la libertad de expresión o al sufragio universal. No es coherente no. Tampoco cuando vemos como se construye un memorial de víctimas, cuando incluyen a un torturador entre ellas y excluyen a otra serie de gente que padecieron sus tropelías y vejaciones. Sigue siendo incoherente. También cuando se critica a un medio de comunicación, acusándole de franquista y después otorgar una extensa entrevista en su filial aquí en Gipuzkoa y soltar «perlas» por doquier. De igual manera incoherente. El pactar una reforma laboral, si se le puede llamar así..., con un partido político casi inexistente y contrario totálmente a las ideas que conforman la coalición de gobierno, creo que es una muestra más de incoherencia plena. Procuren pues de aquí en adelante señores políticos y demás «correveydiles», ser un poquito más honrados y demostrar a quienes les han dado su voto y confianza, una mísera muestra de coherencia. De lo contrario, se verán abocados a ver como cada vez seamos más, los que nos veamos identificados con gente como Evaristo Páramos, punks dirán sus señorías, gente coherente y con dignidad decimos nosotras, las que no pudisteis matar.

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