Cuestión de tradición
Los humanos se han acostumbrado a solventar los problemas según se ha hecho de costumbre, incluso muchos quedan sin solución porque nunca se lo plantean, a pesar de los inconvenientes que ello acarrea. Con ocasión de Asamblea sobre el Cambio Climático que se está celebrando en París, se está analizando el efecto del aumento de la temperatura de la tierra para el año 2050. Sin embargo, nada se plantea respecto a la contaminación de los residuos nucleares que requieren una solución urgente, pues los que producen tales peligrosos desechos no se los plantean por no considerarlo urgente.
Es conocido que la gestión de los bancos ha sido un escándalo por la corrupción y porque ha habido que rescatarlos con fondos públicos, pero nadie se plantea la necesidad de ser nacionalizados puesto que las participaciones del estado en sus capitales son mayoritarias. Se consideraría una regresión a las cavernas. Tampoco que sus directivos sean juzgados por corrupción o delito fiscal. No hay convicciones para analizar el origen de las desigualdades de la distribución de la riqueza que ha generado la banca. La existencia de potentes ejércitos requiere dedicar una gran parte del presupuesto nacional para armamento destructivo, que es la causa del subdesarrollo de la población que no recibe los fondos necesarios porque se destinan a gasto militar. No se ha pensado en eliminarlos a pesar de que son superfluos y generan guerras y destrucción, porque se ha potenciado la convicción popular de que la defensa es lo prioritario y se considera que contribuye a la paz.
Parece normal que haya figuras del deporte o artistas que perciban fortunas y aparezcan como iconos para el común de la población que se las tiene que ingeniar con trabajos precarios y sueldos que no permiten vivir con dignidad… les desahucian, pero no reaccionan. Aunque sufren amargamente porque el Real Madrid queda fuera de la Copa. El Sistema ha anestesiado a la colectividad anulando su espíritu crítico porque espera que los problemas vitales se solucionen con el transcurso del tiempo. Y sobrevalorando los intranscendentes, favoreciendo a los poderosos que son quienes manipulan a las masas que se adaptan a las costumbres, tradiciones y milagros exotéricos.