Patxi Ventura | Militante de EKA-Partido Carlista de Euskal Herria

Democracia, democracia... pero, los Tercios primero

Igual que en la mismísima Edad Media, y es que cuando cualquier comunidad quiere opinar o hacer algo al margen de lo dispuesto por la metrópoli, de inmediato pareciera que se activan las fuerzas vivas del Estado para falsear, manipular y manejar fraudulentamente lo que haga falta (igual dio en su día bulas, que hoy escraches, manifestaciones (¡tumultos!), que Estatutos o fiscalía y judicatura, para justificar el envío de los Tercios y sus Duques de Alba con el objetivo de acojonar al personal y llegado el caso para imponer militarmente la unidad que nunca pudieron decidir libre y democraticamente las Naciones del Estado.

Sí, lo primero los Tercios, la fuerza, aunque el enemigo, la mayoría catalana, se empecine en el pacifismo y en la Democracia.

Y que no se intente justificar el desembarco con el ataque a los Jeeps de la Guardia Civil, que vaya Vd. a saber quién lo hizo, pues no sería la primera vez en que son provocadores infiltrados. Y aunque efectiva y desgraciadamente pudieran haber sido 4 exaltados, que desgraciadamente hay en todas partes, no se puede argumentar algo tan localizado para una medida de esas dimensiones y consecuencias. Menos cuando cualquiera conoce o puede ver en Google, la cantidad de algaradas, barricadas, ataques personales y quema de vehículos policiales que se han dado en los últimos años en otras Comunidades sin que nadie haya tan siquiera sugerido algo parecido, por ejemplo hoy mismo en Zaragoza.

El mayor problema es que de seguir así, intentando humillar por todos los medios a las instituciones catalanas, no sería extraño que contrariando lo que reclama el Gobierno catalán, sí surgieran respuestas incontroladas y a pesar de todos los desembarcados nos encontráramos con una desgracia como la de 1842, 1843 o la de 1934 pues hoy a la luz de los DDHHCCPP no podría ser aceptado por nadie.

La primera exigencia de la Democracia es la libertad y esta se ejerce de abajo hacia arriba, y en Cataluña hay una mayoría democrática certificada que al margen de cualquier legalidad exige votar y no solo para elegir entre el statu quo o la independencia, sino lo que abierta y libremente decida la mayoría.

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