Doble moral
Del célebre aserto de Jose Ortega y Gasset «yo soy yo y mis circunstancias», quizás habría que mutar la última palabra por «contradicciones».
Año tras año, verano tras verano, asistimos a la pugna entre taurinos y anti taurinos con argumentos de todo tipo. En algunos casos se ha llegado, afortunadamente en mi opinión, a abolir la celebración de las corridas de toros en diferentes pueblos y ciudades españolas.
Sin embargo, se pasa de puntillas, o con escaso énfasis, ante el nauseabundo espectáculo de la sokamoturra, donde una pobre vaquilla ensogada es objeto de todo tipo de tropelías, tales como patadas, puñetazos, y pinchazos, y si el festejo-canallada se celebra en alguna localidad costera la interfecta tiene muchas posibilidades de acabar en el agua, con todo el sufrimiento y estrés que ello le ocasiona.
Y lo peor, todo ello para disfrute y mayor gloria de una turba enfervorizada con los decibelios mentales por las nubes.
¿Y así hasta cuándo?