Javier Orcajada Del Castillo

El euro: la amenaza del futuro de Europa

Con este título tan contundente Joseph E. Stiglitz, Nobel de Economía en el 2001, avisa de los riesgos que se ciernen sobre la eurozona. Es una crítica bien razonada, didáctica, fácil de leer y comprensible para los legos en la materia, por lo que debería ser el libro de cabecera de quienes se interesan por el futuro de Europa, Y de lectura obligatoria para De Guindos y Montoro en nuestra España, aunque no es probable que sean capaces de pensar sobre algo tan banal como analizar el riesgo que se ciernen sobre el euro. Es un tocho de casi 500 páginas, por lo que sería misión imposible siquiera tratar de resumirlo. Sólo el diagnóstico de Stiglitz merece resaltarse. Valora a los responsables del desastre como una cuadrilla de incompetentes. A Juncker le acusa de muñidor de los paraísos fiscales que favorecen a los bancos y multinacionales, cuando fue primer ministro de Luxemburgo. Considera responsables del caos del euro a la imputada por malversación de caudales públicos, Chistine Lagarde, presidenta del FMI o al mastín atado con la correa a Frau Merkel, Mario Drahgi, al inhumano y acomplejado por sus taras físicas, W. Schäuble, quien desprecia los resultados del referéndum de Grecia e impone condiciones imposibles de cumplir como correctivo a la impertinencia de enfrentarse a los irredentos que sueñan con el IV Reich. Stiglitz demuestra que la imposición de la moneda única en países de tan diferentes regímenes fiscales, de niveles económicos, sistemas tan dispersos y con políticos tan mediocres y con visiones nacionalistas a ultranza, todo esta amalgama complicada aun más por empezar la casa por el tejado, como es implantar de salida la moneda única, es lo que ha provocado la crisis que no es sólo económica, sino que se ha convertido en una sistema creador de desigualdades de manera que ha enriquecido a los ricos y aumentado el número de pobres. Con el riesgo añadido de que el Brexit se contagie a otros países que sean capaces de comprender que los países con una administración eficaz de gestión no entraron en la eurozona, liberándose de la virulencia de la crisis de los que han seguido la agonía impuesta por Alemania. Por eso opina que todavía se está a tiempo de salvarse la hecatombe si se evitan los efectos negativos de la moneda única, quizá creando un euro para la zona de los países ricos y otro para los pobres. Con la facultad de éstos de devaluar el tipo de cambio y modificar los tipos de interés. De lo contrario, vaticina Stiglitz, la UE se encamina a su autodestrucción. Y será engullida por EEUU, Rusia y China.

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