Nos cuenta la historia que allá por el año 1812, el entonces poderoso emperador Napoleon con un también poderoso ejercito, se propuso invadir o doblegar a un «colega» en el cargo. Alejandro I Zar de todas las Rusias, pero al parecer sus cálculos, para doblegar o conquistar aquellas tierras, no le salieron como se pensaba. Otro poderoso general, el «invierno» se llamaba, trunco de alguna manera sus planes y marco el declive, del otrora orgulloso Corso. Verdad o un poco leyenda, aquel hecho histórico, parece querer repetirse en nuestra moderna actualidad y aquel «general invierno» parece que nos quiere, nos amenaza con «visitar».

Una invasión, una moderna guerra, quizás entre los sucesores de aquellos pasados imperios, solamente que esta vez, las armas con las que se lucha se resuelven más en modernos y confortables despachos. El gas, la energía eléctrica o algo que se nos escapa, pobres mentes pensantes, parecen estar en juego (sin que quizás, desde esos modernos despachos, aquellos o aquellas, que dicen ocuparse de nuestro bienestar, ¿previeran o calculasen?, la venida de este nuevo general. Se nos impone o casi (si nadie lo remedia) tiempos difíciles. Veremos quién o quienes, acaban o acabamos «pagando» Pero igual tengo muy claro, que no serán, aquellas o aquellos.